Formado por cuatro grandes islas-- Hokkaido, Honshu, Kyushu y Shikoku--y más de 3.000 islotes, el archipiélago japonés se revela a los ojos del turista occidental como un país envuelto en un halo de misterio caracterizado por la perfecta armonía entre tradición y modernidad que hace de este un destino completamente diferente al resto de países del continente asiático. Más allá de Tokio, su gigantesca y futurista capital, las ciudades de Kioto y Osaka seducirán a los visitantes por su variopinta arquitectura, en la que las grandes construcciones conviven con los vestigios de los antiguos templos y palacios de la vieja capital imperial. Su variada geografía se caracteriza por las largas cadenas montañosas que atraviesan el país ocupando las tres cuartas partes de un territorio que concentra más de medio centenar de volcanes, algunos de los cuales todavía permanecen en activo.
De hecho, la frecuente actividad sísmica, las erupciones volcánicas y los tsunamis son las tres principales amenazas que plantea viajar a Japón, ya que la tasa de criminalidad del archipiélago nipón se encuentra entre las más bajas del planeta. La isla de Honshu concentra los principales lugares turísticos de Japón. Kioto, la antigua capital imperial, famosa por su espectacular ciudad palaciega y sus preciosos jardines salpicados de cerezos en los que cada primavera millares de locales y foráneos se concentran para dar la bienvenida a la primavera, y Nara, urbe de enorme importancia histórica por sus numerosos templos y monasterios, son las dos ciudades que mejor recogen el espíritu tradicional de este apasionante país. Tokio es con creces la ciudad más futurista de todo Japón. Con cerca de 35 millones de habitantes registrados a lo largo de su basta área metropolitana, esta gigantesca metrópolis se presenta como una autentica jungla de enormes edificios saturados de carteles luminosos, en la que los grandes centros comerciales conviven en aparente tranquilidad con los precios santuarios y templos budistas y sintoístas instaurados en la capital desde hace siglos, y sus fabulosos jardines y espacios verdes en una ciudad en la que el problema de la contaminación continua siendo una realidad cada día más visible. No obstante, sus calles son muchísimo más limpias que las de las grandes capitales europeas.
Símbolo de Japón, el mágico Monte Fuji, inmortalizado por centenares de artistas de múltiples disciplinas, es considerada desde tiempos inmemoriales como la montaña sagrada del país del Sol Naciente, siendo el pico más alto de este con una altitud de 3.776 metros. Cuando hace buen tiempo, es posible contemplarlo desde el observatorio de la Torre de Tokio, edificio de telecomunicaciones de arquitectura parecida a la de la célebre Torre Eiffel de París. Clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2013, este volcán "adormentado" se revela como un magnifico lugar para los amantes del senderismo y la naturaleza. Además de este conocido monumento natural, Japón es un país fuertemente respetado por la Unesco, gracias a los célebres castillos medievales como el célebre palacio de Himeji, y a sus hermosos santuarios a la cabeza de los cuales podemos se encuentra el conocido templo de Fushimi Inari Taicha, considerado como una de las siete maravillas de Japón.
Desde Tokio, podréis lanzaros a la conquista de las zonas rurales de Japón a bordo de sus futuristas trenes de alta velocidad y admirar sus pequeños pueblecitos y coloridos campos durante la primavera, descubrir los fabulosos litorales de las ciudades de Okinawa, Nagano o Sapporo en donde buena parte de la población pasa sus vacaciones de verano, o relajaros en las deliciosas aguas termales de los balnearios de Hakone.
Entre los objetos de artesanía japonesa encontraremos kimonos, perlas, objetos lacados o de bambú, estampas y objetos de arte sintoísta o budista. Hay gran variedad de material audiovisual y electrónico. No se suele regatear. Horario de las tiendas: de 10:00 a 19:00.
La cocina japonesa es de un gusto muy refinado, baja en grasas y rica en verduras y otros productos vegetales y pescado fresco.
Algunas de las principales especialidades niponas son el teriyaki (ternera, pollo o pescado marinados en una placa eléctrica), elatempura (frituras de marisco y verduras), el sukiyaki (lonchas finas de ternera cocidas en soja)y, especialmente entre los occidentales, el sushi (pescado crudo en bolas de arroz cocido con un poco de vinagre) y el sashimi (láminas de pescado crudo, realzadas con salsa de soja y mostaza de rábano picante).
En lo que a postres se refiere, te aconsejamos probar el típico, oribenishiki (pastel de arroz con castañas y mermeladas de habas), el yakiimo, (pastel de batata con canela) y el no menos popular chofu (pastel de arroz dulce).
Por regla general, el desayuno suele ser una comida salada, elaborada frecuentemente a base de tallos de soja, arroz, sopa, tortilla y pescado asado, siendo en ocasions servido en forma de guiso. En general, los japoneses dan gran importancia a las estaciones y adaptan su nutrición en función de éstas. Así pues, prefieren comer caliente en invierno y platos frescos durante el verano.
En cuanto a la comida rápida, encontrarás a menudo el "bento", una especie de almuerzo servido en cajas de plástico o de cartón fino, que se compone de distintos manjares: tortilla, pescado, arroz, verduras... Se puede comprar en las estaciones y en los barrios de los centros financieros, principalmente. Algunos restaurantes también lo venden pero lo presentan en cajas diferentes (normalmente de madera). A las malas, si el hambre comienza a apretar o no gozaís de un presupuesto muy boyante, existen decenas de puestos de comida callejera en donde podreís degustar los clásicos Gyu-doms (bol de arroz acompañado de tiras de buey y cebollas salteadas) por apenas dos euros la unidad. En los restaurantes, el plato del día suele costar entre 6 y ocho euros.
Por último, las bebidas locales son el té, el saké (vino de arroz) y el shochu (especie de aguardiente).
Los amantes de la alta cocina encontraran en Tokio un amplio panorama culinario, siendo la ciudad con mayor número de restaurantes con estrella Michelin del planeta por delante de París o Nueva York, con un total de 197 restoranes galardonados entre los que figuran 11 tres estrellas.
Japón es un país muy occidentalizado, en el que progresivamente se han ido abandonando la mayor parte de los ritos tradicionales de la vida diaria. Sin embargo, ciertas tradiciones perduran hasta nuestros días, por lo que es conveniente actuar siempre con respeto si quieres que los autóctonos te miren con buenos ojos. Al entrar en los templos o en las casas, lo habitual es descalzarse. Es habitual encontrar zapatillas para los huéspedes en la entrada. Si no fuera el caso, entra en calcetines. Durante las comidas en las tradicionales mesas bajas, las mujeres permanecen sentadas sobre sus talones. No obstante, las que utilicen vestido o falda pueden doblar las piernas a un lado para estar un poco más cómodas. Los hombres se sientan con las piernas cruzadas. No se puede tocar la comida servida en un plato común con tus propios palillos sin tomarla después. Además, los palillos deben colocarse siempre de manera horizontal (colocarlos verticalmente en los alimentos es una práctica reservada a los ritos funerarios). Por último, no te sorprendas si ves a los japoneses llevando mascarilla por la calle. Se trata de una cuestión de higiene bastante común en las grandes ciudades pero también en algunas zonas rurales.
A diferencia de otros países del continente asiático, las cuatro estaciones están bien delimitadas en el archipiélago japonés, siendo la primavera y el otoño los dos mejores momentos para viajar y descubrir el enorme potencial del país del Sol Naciente. En primavera, las lluvias son cada vez menos intensas y frecuentes para asistir al nacimiento de las hermosas flores del cerezo que tiñen de rosa los campos y jardines. En otoño, conviene evitar el mes de septiembre por ser el periodo del año en el que existe un mayor riesgo de tifones. Las temperaturas durante los meses de octubre y noviembre son bastante agradables, siendo una de las épocas más recomendables para viajar.
Si queréis evitar las grandes aglomeraciones turísticas, los hoteles completamente saturados y los grandes centros comerciales cerrados, estos son los tres momentos del año a evitar: el periodo de Año Nuevo, en el que la mayoría de la población acostumbra a irse de vacaciones (del 1 al 3 de enero los comercios y organizaciones estatales echan el cierre); la semana del Golden Week, la cual comienza a finales del mes de abril (29), siendo también feriados los días 3,4 y 5 de mayo; la celebración religiosa popularmente conocida como O-Bon o día de los muertos (antepasados), que dependiendo de la región en la que nos encontremos se celebra del 13 al 15 de julio o durante el mismo periodo del mes de agosto.
Japón es un país en el que los cajeros automáticos no están precisamente a la orden del día. Y es que en el país nipón la mayoría de las compras se realizan con tarjeta, por lo que antes de viajar conviene retirar un poco de efectivo para evitar las comisiones que en ocasiones supone pagar con este tipo de soportes. Teniendo en cuenta que viajáis a uno de los países más seguros del mundo, los viajeros que se muevan con grandes cantidades de dinero, en principio, no tienen nada que temer.
En Japón, el medio de transporte más rápido y eficaz es el tren de la compañía local Japan Railways. Para poder moverte de forma ilimitada por todo el país, os recomendamos haceros con vuestro pase justo antes de partir. Existen un sinfín de combinaciones y tarifas disponibles, pero la validez de casi todas comienza el mismo día en el que se realiza la compra.
Por último, si durante vuestra estancia se produjera un seísmo, es recomendable contactar con la familia o con las autoridades consulares.