Situada en el confín del mar Muerto y el mar Rojo, Jordania es un destino cultural absolutamente recomendable para viajar en familia, en pareja, con los amigos e incluso solo. Los amantes de la cultura encontrarán en la antigua joya nabatea el más célebre monumento de todo el Reino Hachemita, cuya importancia histórica le ha llevado a convertirse en uno de los monumentos más célebres de todo el planeta. De igual manera, los viajeros más intrépidos podrán meterse en la piel de Lawrence de Arabia explorando los castillos escondidos entre los áridos paisajes del desierto de Néguev (en el que se rodaron muchas de las tomas de la célebre película), compartir una taza de té con los amigables beduinos, y visitar los vestigios de las civilizaciones fenicias, griegas, romanas y bizantinas que marcaron la historia de este pequeño país. Por su parte, los adictos al turismo de sol y playa encontrarán en los preciosos arenales del golfo de Aqaba un lugar perfecto en el que desconectar de la rutina y el estrés del trabajo, practicar deportes acuáticos y disfrutar de los múltiples tratamientos de salud que ofrecen muchos de los balnearios ubicados a la orilla del mar Muerto.
Descubrir las principales atracciones del país es posible en aproximadamente dos semanas. Una buena idea sería comenzar por la capital del país, Ammán, para desde ahí proceder a visitar los múltiples lugares de interés ubicados en sus alrededores como las antiguas ciudades romanas de Gerasa (Jerash) y Gadara, Madaba, la ciudad de los mosaicos, situada a lo largo de la ruta de los Reyes; el Monte Nebo, y los sitios de Betania, Kerak y Dana.
Como no podía ser de otro modo, la visita de Petra no puede faltar en vuestra hoja de ruta. Su visita bien merece toda una jornada entera. Tras la visita de este histórico lugar, podréis adentraros en el desierto de Wadi Rum para más tarde proseguir vuestra aventura hasta llegar a orillas del mar Muerto, en donde podréis testar en vuestras propias carnes los efectos sus ricas sales minerales y flotar entre sus apacibles aguas. Aqaba, la principal ciudad costera del país, aglutina una gran cantidad de hoteles y establecimientos de categoría en los que podréis alojaros y disfrutar de los múltiples tratamientos de talasoterapia ofrecidos en muchos de los balnearios de la esta localidad, aprovechando las fantásticas propiedades curativas de las aguas del mar Muerto. Practicar deportes náuticos y subacuáticos, es mejor dirigirse al mar Rojo. Si la actividad física no es precisamente santo de tu devoción, podrás disfrutar de la impresionante riqueza de su fondo marino ando un paseo en un barco con el suelo de cristal.
Durante vuestro recorrido por las reservas naturales de Dana y los desiertos de Wadi Mujid y Wadi Rum, tendréis la oportunidad de realizar excursiones guiadas en dromedario y pasar la noche en un auténtico campamento beduino, alojándote en una de las tradicionales tiendas de campaña de este pueblo nómada, famoso por la convivialidad y gran hospitalidad de sus miembros; y contemplar las estrellas en medio de este fabuloso paraje salpicado de dunas y ajeno a toda contaminación.
Según cuenta la Biblia, Juan Bautista predicó y bautizó en un lugar llamado Betania de Transjordania, que los textos bizantinos y medievales, así como la arqueología moderna identifican como Tell a-Kharrar y la Colina de San Elías. Los impresionantes descubrimientos arqueológicos realizados desde 1996 nos revelan cerámica, monedas y restos arqueológicos de un monasterio bizantino del siglo V. Entre estos descubrimientos también cabe destacar un edificio de principios del siglo III decorado con exquisitos mosaicos y lo que se conoce como un ?lugar de oración' cristiano. Si esto fuese cierto, supondría uno de los primeros lugares de oración cristianos de todo el mundo.
También está perfectamente identificada la cueva en la que vivió Juan Bautista según numerosos textos de peregrinos bizantinos. La cueva se convirtió en iglesia y hoy en día todavía se puede ver un pequeño canal de agua que sale de la cueva y que supuestamente Juan utilizaba para bautizar, siendo una de las zonas que no pueden faltar en la hoja de ruta de todo viajero.
En estos momentos, algunos turistas se muestran reacios a visitar el país debido al conflicto de Siria, pero lo cierto es que los lugares más conflictivos se encuentran bastante alejados de los principales lugares turísticos de Jordania, por lo que su visita puede realizarse en total seguridad.
La artesanía jordana es relativamente escasa. Son preferibles los artículos tradicionales beduinos, como las alfombras y los tapices tejidos (vigila la calidad), los cojines, los bolsos y los vestidos de tejidos satinados bordados, las cafeteras de cobre o latón en punta... Otro artículo interesante: el oro, que es aproximadamente tres veces más barato que en Europa. El zoco del oro, en Ammán, ofrece gran variedad (de 18 ó 24 quilates). Para disfrutar en casa de las virtudes terapéuticas del Mar Muerto, podrás llevar en la maleta un frasco de barro negro, para aplicarlo como una mascarilla o como tratamiento capilar, y sales para disolver en el baño. Por último, no te olvides que el regateo es tradición. Las tiendas abren de domingo a jueves, de 09:30 a 13:30 y de 15:30 a 18:00. Algunas también abren los sábados.
La cocina jordana, directamente inspirada en la libanesa, mezcla sabores orientales y mediterráneos. Para comenzar: la clásica bandeja de mezzes (aperitivos variados que se acompañan de una torta de pan caliente), los beureks (hojaldres de queso con hierbas o de carne), los keftas (albóndigas fritas de trigo molido, carne picada y perejil) o los falafels (croquetas fritas de puré de garbanzos). Para continuar, brochetas de cordero (shish kebabs), de pollo o de ternera. En Aqaba, el pescado del Mar Rojo se acompaña de tahina, una salsa hecha de sésamo y queso salado. Si quieres comer algo rápido, puedes tomar un sándwich oriental, el famoso shawarma (pan relleno de trozos de cordero o pollo a la brasa, con tomate, cebolla y salsas). También podrás probar el mensaf, el plato tradicional beduino, que es un ragú de cordero con especias, con leche de oveja cuajada, con almendras y piñones que se sirve con arroz y una salsa de yogur. En lo que se refiere a postres, se trata principalmente de dulces orientales, tales como las chorreantes baklavas de miel y pistachos. En cuanto a las bebidas, encontrarás vino (con frecuencia libanés o sirio) en algunos restaurantes. Para el aperitivo te servirán arak (alcohol anisado de uva). El té se bebe muy azucarado y los beduinos lo toman con salvia o tomillo. Por último, no podrás escapar al "café turco" ritual (mejor dicho "árabe") y al café cocido perfumado con cardamomo, que es un poco amargo pero al que uno se acostumbra rápido...
Si un jordano te invita a tomar el té en su casa, no lo dudes, es un signo de hospitalidad. Ten en cuenta sin embargo que tú visita puede demorarse más de lo normal. Cuando entres a la casa deberás quitarte los zapatos y si te sirven la comida sin cubiertos, útiliza únicamente la mano derecha para comer, ya que la mano izquierda es considerada impura. No tengas miedo de repetir, al contrario, así honrarás a la señora de la casa.
Durante el mes de ramadán, evita beber, comer o fumar en público antes de la puesta de sol. Si visitas una mezquita, no olvides seguir dos reglas básicas: descalzarse (y no posar los zapatos en el suelo durante la visita...) e ir vestidos de manera correcta (las mujeres deben cubrirse la cabeza con un pañuelo).
Realiza tu viaje con prudencia y no visites las zonas fronterizas con Siria e Irak, están totalmente desaconsejadas por las tensiones en la región.
Un viaje a Jordania es una escapada cultural en la que podrás disfrutar de la belleza de los paisajes e históricos monumentos que hacen de este un destino único en el mundo. No dudes en tomarte todo el tiempo que necesites para sacar tus fotos.
Si visitas Petra y tienes pensado dedicarle un poco de tiempo para descubrir a fondo su patrimonio, no dudes en comprar el billete para tres días. Su coste es de aproximadamente 30 dinares y con él tendrás acceso a todos los lugares de la ciudad. Si te aún te quedan fuerzas después de recorrértela de arriba abajo, no dudes en dar una vuelta también de noche. Encontrarás un ambiente mágico a la luz de las velas.
Otro lugar que merece la pena visitar es Wadi Rum. Una excursión a este mítico desierto es totalmente indispensable en la hoja de ruta de cualquier viajero. Durante el recorrido es muy importante prestar mucha atención y jamás ir solo. Se aconseja alquilar un jeep con guía. Los puedes encontrar fácilmente en las entradas del desierto en Aqba o Rest House. También podrás dar un paseo en dromedario y gozar de la hospitalidad de los beduinos que te acogerán en su propia casa. Y si te gusta la experiencia, ¿por qué no alargarla un poco más? Anímate a pasar la noche en el desierto.
En cuanto a los transportes en Jordania, únicamente hay dos conexiones aéreas al día entre Amán y Aqaba.