En Marie-Galante, la caña de azúcar es la reina. Cubre la mayor parte de las tierras cultivables. En su momento de mayor crecimiento, oculta la vista del campo formando altas paredes vegetales. Durante el corte de la misma, entre enero y junio, Marie-Galante desvela su relieve ligeramente ondulado y sus tesoros ocultos. En esa época, las carretas de bueyes invaden las carreteras transportando su valiosa carga de caña de azúcar. Reaparecen los vestigios de los antiguos molinos. Las destilerías vuelven a ponerse en marcha. La cascararilla de la caña gira en el aire mientras que el campo se impregna de un olor dulce a melaza fresca.