Poco conocido turísticamente, Liechtenstein suele estar fuera de los circuitos turísticos. Arrinconado entre Suiza y Austria, Liechtenstein tiene difícil imponerse como destino turístico. Además, este pequeño país (uno de los más pequeños del mundo), no tiene grandes particularidades aunque sí que es un destino natural muy agradable. Situado entre los Alpes, el país ofrece una amplia naturaleza verde a los excursionistas, con múltiples senderos para caminar. También se pueden hacer rutas de ciclismo durante todo el día.
Los amantes de los deportes de invierno aprovechan para disfrutar de las montañas nevadas, en las estaciones de Malburn y Steg. Por otra parte, también se puede visitar el museo del esquí en la capital, Vaduz. En él se muestra cerca de un siglo de historia de este deporte. Además de este museo del esquí, Vaduz cuenta con diferentes museos. Los amantes del arte se dan cita en el Kunstmuseum Liechtenstein, el museo de Bellas Artes. Este acoge la colección nacional de arte del país. También acoge exposiciones temporales. Otros museos que visitar son el Museo Nacional, el Museo del correo, el museo de la calculadora y el museo de los sellos, que es el más destacado del mundo.
Todo el mundo sabe que Liechtenstein es una monarquía constitucional con su príncipe a la cabeza. Los turistas podrán disfrutar del castillo de Vaduz que es la residencia de la familia real. El castillo fue construido en el siglo XII y ofrece unas vistas impresionantes sobre Vaduz y su entorno. Se pueden visitar las bodegas donde es posible degustar el vino principesco. De hecho las viñas están plantadas en torno al castillo y pertenecen a la familia del príncipe. Durante la estancia en el país, hay que visitar el castillo de Gutenberg, que se encuentra en Balzers. Algunas pequeñas localidades como Triesenberg merecen hacer una parada. La localidad de Triesen tiene bonitos edificios que visitar, un molino clasificado entre los monumentos históricos e iglesias que datan del siglo XV.
Este viaje a Liechtenstein quizás no sea el viaje más apasionante de su vida pero si se da la oportunidad, este pequeño país europeo es perfecto para una bonita escapada en la naturaleza. Menos turístico que Austria, menos brillante que Suiza (aunque Liechtenstein también sea un país rico en que las ventajas fiscales atraen grandes fortunas europeas y multinacionales), Liechtenstein se mantiene para muchos muy rural y auténtico. Un país muy conservador que no autorizó el voto de la mujer hasta 1984. También hay que mencionar que el aborto es ilegal. Este país no olvida la importancia de los negocios para prosperar. Las cifras de paro están en torno al 2% y el país no tiene deuda alguna. También dispone de una reserva de dinero por si lo necesitara. Liechtenstein, un país a visitar.
Liechtenstein es famoso por los sellos, el vino, la cerámica pintada a mano y los artículos de artesanía en mármol de Balzner.
Las tiendas abren de lunes a viernes, de 08:00 a 12:00 y de 13:30 a 18:30, y los sábados de 08:00 a 14:00. En Vaduz, las tiendas de souvenir abren domingos y días festivos, entre los meses de abril y octubre.
La cocina de Liechtenstein se parece mucho a la cocina suiza con algunas influencias austriacas. El Kasknopfle, pequeñas albóndigas de queso, es una de las especialidades del país. La otra especialidad del país es el Ribel. Muy popular ya que este plato fue cocinado hace mucho tiempo por la población más pobre del país. Está compuesto por harina, leche y mantequilla. Se suele tomar con café, salsa de manzana, pastel de cerezas o incluso con compota de manzana o de queso.
También puedes catar los excelentes vinos, entre los que destaca el Vaduzer (vino tinto). Hay que tener en cuenta que Liechtenstein es la región vitícola más pequeña del mundo. Liechtenstein produce cervezas locales que son muy apreciadas por los amantes de las cervezas. Para terminar la comida, se recomienda probar uno de los licores propios del país. A elegir entre licor de manzana, de cereza, de ciruela o de pera. Pero sin excesos, las leyes son muy estrictas en cuanto a conducir bajo los efectos del alcohol. El país también produce quesos. En Liechtenstein encontrarás restaurantes de cocina internacional así como numerosas tabernas típicas con menús que incluyen la cerveza local y el Kasknopfle.
Casa principio de año, se hacen operetas para el disfrute de los amantes de la ópera. En marzo se puede asistir al festival de Schaan, el Concierto Monster. Otro festival, en este caso de cine que tiene lugar en Julio, en Vaduz. El 15 de agosto todo el país celebra la fiesta nacional. En este día la familia real acude a una gran misa y a continuación inaugura la Kermesse de Vaduz. La jornada se clausura con un espectáculo de fuegos artificiales. En Noviembre, toda la población se disfraza para celebrar el tradicional Carnaval de Liechtenstein. Desde 1952, el carnaval atrae numerosos participantes. Otra tradición, para acabar el carnaval, se quema un personaje que representa el invierno y una gran llama aparece sobre el cielo de Liechtenstein. Este es también un país rural y montañoso donde las tradiciones rurales perduran. En el se puede asistir a la trashumancia de las vacas.
Liechtenstein es conocido como un país en el que no se corre ningún riesgo. Debe ser uno de los países más seguros del mundo. Por tanto se puede visitar sin problema con toda la familia. Un país pequeño, que no es en sí mismo un destino destacado para unas vacaciones. Si deseas descubrirlo, te recomendamos aprovechar y realizar una estancia en Austria o Suiza y tomar varios días para visitar Liechtenstein. Dependiendo el tipo de paisaje y actividades que se quieren hacer será mejor elegir una u otra época del año. Así, en invierno se pueden hacer deportes de invierno y en primavera o verano aprovechar para dar paseos y hacer senderismo en plena naturaleza.
No hay que perder la oportunidad de alojarse o comer en uno de los albergues históricos como la Gasthof Löwen de Vaduz. Construído en 1380, es el más antiguo del país.
La mejor forma de recorrer este pequeño país es coger el coche, el modo de transporte más práctico, con carreteras de gran calidad. Demasiado pequeño como para tener autopistas, solo hay carreteras nacionales. También está equipado de 9,5Km de vías ferroviarias. Estas últimas conectan con la localidad suiza de Buchs y la austriaca de Feldkirch.
El país cuenta con cuatro estaciones, Schaan-Vaduz, Nendeln, Schaanwald y Fort-Hilti. Una comàñía de bus conecta las diferentes ciudades de Liechtenstein junta con las suizas Buchs, Sargans y Sevelen.
A ver: La fiesta de Funkensonntag. El primer domingo de cuaresma, para celebrar el fin del invierno y espantar a los malos espíritus, loa habitantes de cada localidad queman una inmensa columna de madera con una bruja de paja en lo alto. Las ciudades rivalizan por lograr tener la columna más alta.
Si está cansado de las antiguas localidades y los castillos se puede optar por los quesos y los productos agrícolas de la zona. Y su vino también es bueno.