Macao o el infierno del juego: este tópico lleva tiempo manchando la reputación de este lugar, considerándolo como el máximo estandarte del vicio y la corrupción de toda Asia. Actualmente, aunque la fiebre del juego haya aminorado y los excesos se hayan claramente suavizados, los casinos de Macao continúan atrayendo a jugadores empedernidos de todos los rincones del planeta. Sin embargo, no podemos olvidar el encanto melancólico de esta antigua colonia de Portugal, que próximamente será unida por un enorme puente con Hong Kong, con sus espléndidas residencias cubiertas de azulejos y sus callejuelas en las que las iglesias barrocas conviven con las pagodas y templos chinos. La isla paso a formar oficialmente parte de China el 20 de diciembre de 1999, conservando una parte de su autonomía como la antigua colonia británica.
Conocido popularmente como ?Las Vegas de Asia?, Macao no es un destino que goce de una gran afluencia turística occidental, sino que normalmente es visitada aprovechando la visita de otros territorios ubicados en proximidad como Hong Kong. Los turistas que contratan recorridos turísticos en China suelen incluir la visita de la isla, a la cual no se le suele dedicar más de un día, y ni siquiera.
No obstante, para descubrir la verdadera esencia de Macao, es necesario pasar por lo menos una noche, perdiéndose entre las calles y callejuelas del centro histórico y las antiguas islas de Taipa y Coloane que han terminado por fusionarse gracias al territorio ganado al mar. Entre ambas se encuentra la municipalidad de Cotai, un territorio modesto pero envidiable, especialmente si tenemos en cuenta que la superficie de Macao es de tan solo 30 kilómetros cuadrados, tres veces menos que la superficie de París.
Pequeño pero excelentemente aprovechado, el territorio de Macao en proporción a su limitada superficie, una de las zonas con mayor densidad de población del mundo, con una media de casi 19.000 habitantes por kilómetro cuadrado. Incluso el aeropuerto de la isla ha sido construido sobre el mar, sostenido por pilares de cemento.
Visitar Macao permite al viajero conocer una de las mezclas culturales más curiosas del mundo, la china y la portuguesa, que puede ser observada en las viejas iglesias coloniales en las que es habitual ver como se realizan ofrendas con incienso, el nombre de las calles con un marcado acento e influencia lusa, o los curiosos ideogramas escritos en chino sobre los tradicionales azulejos que caracterizan a este país del sur de Europa.
Oficialmente Macao volvió a formar parte de China en el año 1999, cerca de cuatrocientos años después de la ocupación del enclave por la corona portuguesa, aunque lo cierto es que estuvo formalmente vinculado al país luso hasta 1976. De hecho, hoy en día el portugués es la segunda lengua oficial del país tras el cantonés, siendo hablada por casi la mitad de la población.
El siglo XXI supuso un radical cambio en el modo de vida y la percepción que hasta ahora había tenido este territorio, abriéndose al turismo y comenzando la edificación y apertura masiva de gigantescos casinos, siendo esta la principal fuente de ingresos de Macao, que ha terminado por cubrir la escasa superficie de la isla de enormes rascacielos y parques temáticos. No obstante los antiguos barrios del centro histórico como São Lourençao, São Lazaro et Santo Antonio característicos de la vieja Macao, con sus jardines, templos e iglesias, son el mejor ejemplo del mestizaje cultural que vivió la isla por los que merece la pena conocer este lugar.
En Macao, lo más interesante para traerse a casa como suvenir son las joyas de oro y las antigüedades chinas. Es agradable buscar gangas en los mercadillos de las callejuelas situadas alrededor de la Rua das Estalagens. En el mercado de Sao Domingos y en la Rua Cinco de Otubro, encontrarás ropas de marca a precios casi de saldo. Las tiendas abren de 10:00 a 18:30, de lunes a sábado, y cierran los domingos. Algunas tiendas están abiertas hasta las 21:30 incluidos los domingos. Los casinos abren las 24 horas, 7 días a la semana, 365 días al año, ¡incluso cuando hay tifones!
En la isla de Macao la gastronomía es casi sagrada- La cocina de macaense mezcla sutilmente las influencias china, portuguesa, india, malaya y africana. Entre la especialidades está el pollo africano, originario de Mozambique, especiado y hecho en leche de coco, los patés de pescado con gambas pequeñas transparentes, ajo, cebolla y cilantro, diversas variedades de crustáceos, gambas a la elaboradas con pimienta, al ajillo y al curry, bacalao al horno, bacalao fresco, merluza o calamares con salsa de azafrán o con tomate, el pichón asado con ajo, y manjares chinos como el dim sun y el pato laqueado. Para acompañar las comidas y las cenas podeís decantaros por algunos de los vinos portugueses, sobre todo el Dao y Lagosta, y evidentemente, Oporto, cuyo sabor y relación calidad-precio resulta sorprendentemente buena.
El aeropuerto de Macao solo opera vuelos intracontinentales, por lo que para llegar hasta la isla la mejor opción es volar hasta Hong Kong y desde allí tomar el ferry que aúna ambos territorios. El trayecto dura aproximadamente una hora, y el coste del billete es bastante asequible. El viajero puede aprovechar esta ?desventaja? y aprovechar para visitar ambas regiones en el mismo viaje.
En Macao, todo queda a dos pasos. La escasa superficie de la isla, y en particular de su casco antiguo, hace de este un destino sumamente fácil de visitar en profundidad, en la que podréis desplazaros a casi cualquier lado a pie.
La visita de Macao suele tener una duración de un día, incluso en medio, y una gran parte del tiempo de los turistas suele pasarse en los casinos, que permanecen abiertos las 24 horas del día los 7 días de la semana, y que pueden llegar a convertirse en una auténtica trampa mortal para los aficionados a los juegos de azar. Merece la pena pasar al menos una noche en Macao para vagar por el casco antiguo y las dos islas de Taipa y Coloane. Desde Macao, puedes planear una excursión de algunos días a Cantón. Las agencias de viaje locales se encargan de organizarlo todo.
Además de las ruletas, los juegos de cartas occidentales como el póker o el black Jack y las tragaperras, los casinos de Macao proponen juegos de azar tradicionales como el Fan Tan o el Pai Kao, una especie de domino asiático típico de Macao en el que es mejor no arriesgar en exceso.
En Macao, se da gran importancia al Feng Shui. El Feng Shui, geomancia ancestral nacido en la antigua China, regula la orientación de los edificios, el mobiliario y su disposición interior según sabios parámetros relacionados con la circulación de energía entre los diferentes elementos (agua, el viento, la montaña, el fuego... )También influye en el día a día, definiendo los días como buenos o nefastos, para tenerlo en cuenta antes de tomar importantes decisiones.
Como en Hong Kong, supersticiones y religión se mezclan junto con la carrera desenfrenada del enriquecimiento material. Los casinos están llenos de figuras o amuletos de la suerte y de estatuas de Buda mientras que en los templos, se queman billetes falsos para simbolizar la devoción a las divinidades. En el recinto de los templos, se practica la adivinación con pequeños palos de bambú. Se agita un bote donde están los palos de bambú numerados hasta que cae uno de ellos. Dependiendo del número, te darán un papel con una predicción en chino.
Otra manifestación típica de la cultura tradicional china es la práctica del Tai Chi. Por la mañana temprano, en los parques y jardines, jóvenes y viejos, antes de ir a la oficina, van a practicar esta gimnasia lenta y ligera.
El aeropuerto de Macao solo opera vuelos intracontinentales, por lo que para llegar hasta la isla la mejor opción es volar hasta Hong Kong y desde allí tomar el ferry que aúna ambos territorios. El trayecto dura aproximadamente una hora, y el coste del billete es bastante asequible. El viajero puede aprovechar esta "desventaja" y aprovechar para visitar ambas regiones en el mismo viaje.
En Macao, todo queda a dos pasos. La escasa superficie de la isla, y en particular de su casco antiguo, hace de este un destino sumamente fácil de visitar en profundidad, en la que podréis desplazaros a casi cualquier lado a pie.
La visita de Macao suele tener una duración de un día, incluso en medio, y una gran parte del tiempo de los turistas suele pasarse en los casinos, que permanecen abiertos las 24 horas del día los 7 días de la semana, y que pueden llegar a convertirse en una auténtica trampa mortal para los aficionados a los juegos de azar. Merece la pena pasar al menos una noche en Macao para vagar por el casco antiguo y las dos islas de Taipa y Coloane. Desde Macao, puedes planear una excursión de algunos días a Cantón. Las agencias de viaje locales se encargan de organizarlo todo.
Además de las ruletas, los juegos de cartas occidentales como el póker o el black Jack y las tragaperras, los casinos de Macao proponen juegos de azar tradicionales como el Fan Tan o el Pai Kao, una especie de domino asiático típico de Macao en el que es mejor no arriesgar en exceso.