Uno de los potenciales turísticos de Macedonia es la belleza de sus paisajes. Las montañas y su naturaleza conservada, revalorizada con los tres grandes parques nacionales, son ya un motivo para visitar Macedonia, que injustamente no se conoce mucho. Macedonia no tiene acceso al mar y cuenta con 34 cumbres que se elevan a más de 2000 m de altitud, así como colinas, valles, mesetas y más de 53 lagos naturales y artificiales, entre los que se encuentra el de Ohrid, el más viejo y más grande.
El país también posee muchos manantiales de agua termales, el más caliente puede alcanzar los 73 grados. Macedonia está sujeta regularmente a los temblores de tierra. En 1963, la capital, Skopie se quedó destruida en un 80% por un seísmo.
Macedonia, un pequeño estado al sur de los Balcanes, está influenciada por el pasado antiguo, bizantino y otomano de la región. La cultura de Macedonia se caracteriza por la importancia de la religión ortodoxa y la cultura eslava así como por la música y la poesía folclóricas. Macedonia cuenta con varias minorías. Los albaneses, los turcos y los rumanos contribuyen a hacer que el país sea un caledoscopio cultural.
Macedonia posee unos magníficos yacimientos arqueológicos, con demasiada frecuencia despreciados. No obstante, el país es la tierra de Alejandro Magno y tiene muchos artistas que renuevan los géneros artísticos.
El teatro existe desde la Antigüedad, la literatura y la música desde la Edad Media. El arte está visible en todas partes en Macedonia: desde la arquitectura a las costumbres tradicionales pasando por numerosos frescos religiosos y esculturas de madera.
Macedonia es una tierra con muchos monumentos. La arquitectura principalmente religiosa es un elemento muy representativo de la cultura del país y de sus diversas influencias.
En la Edad Media dominaba la arquitectura eslava. Esta se encuentra en muchas iglesias y monasterios del país y se inspira en gran medida en la arquitectura bizantina. En el siglo XI, los macedonios abandonaron poco a poco los cánones bizantinos. La catedral Santa Sofía y la fortaleza Samuel d'Ohrid son ejemplos magníficos de esta arquitectura medieval.
La conquista otomana marcó el fin de la arquitectura medieval. Aunque se destruyeron muchas construcciones otomanas, el país sigue conservando hermosos ejemplos como la mezquita de Tetovo o el casco antiguo otomano de Kratovo.
La influencia occidental se vuelve omnipresente después de 1850, antes de que la arquitectura socialista tome la delantera tras la Segunda Guerra Mundial.
El bosque ocupa el 35% del territorio, por lo que no sorprende que Macedonia posea importantes riquezas naturales. Hay muchos animales salvajes como el ciervo, la marta y el jabalí.
Las montañas son el reino de las gamuzas, las cabras montesas, los linces y los osos. En los grandes lagos se refugia una miríada de especies de peces. El más famoso es el salmón de Ohrid. Además, el lago homónimo está catalogado en el patrimonio mundial de la Unesco. En las orillas, se han instalado cormoranes y pelícanos.
Para terminar, hay que destacar que los tres parques nacionales, Galitchista, Mavroro y Pelister, recubren una superficie de 1064,88 kilómetros cuadrados, es decir, el 4% del territorio macedonio.