Kuala Lumpur es una ciudad reciente construida en medio de una selva virgen. Por algo su nombre significa "confluente cenagoso". Fue bautizada así por sus primeros ocupantes, que se instalaron en medio de terrenos pantanosos. En la actualidad es difícil sospechar su origen cuando se contempla en lo que se ha convertido: edificios prestigiosos e inmensas torres. Estos edificios desmesurados surgen de la tierra un poco por todas partes, empezando por su aeropuerto, donde, nada más bajar del avión, hay que coger un tren para ir a buscar el equipaje.
Kuala Lumpur es una sabia mezcla de distintas culturas. La población malaya la forman chinos, indios, y malayos. Mezquitas, templos e iglesias se mezclan en numerosos lugares sin ningún problema.
Visitar Kuala Lumpur obliga a no dejar de lado varias visitas, como las Torres Petronas o el Templo Sri Mahamarianan. Además, los forofos de las compras ya no sabrán a dónde mirar. Hay inmensos centros comerciales diseminados por la ciudad. Se puede encontrar una particular concentración de tiendas en la avenida Jalan Bukit Bintang. A los aficionados a los masajes les parecerá estar en el paraíso cuando vean la cantidad de lugares que ofrecen este servicio. Para los noctámbulos, Kuala Lumpur está muy animada por la noche y Bangsar es el barrio más encopetado de la ciudad.
Kuala Lumpur tiene una red urbana muy desarrollada. Es muy agradable utilizar el metro aéreo para desplazarse por la ciudad. La Torre Menara Kuala Lumpur ofrece unas fantásticas vistas de 360° de la ciudad, a 276 metros de altura y con una altura que alcanza los 421 metros. No olvides perderte por Chinatown y Little India. Lamentablemente, se pueden encontrar muchas falsificaciones, especialmente en Jalan Pelating. También puedes dar una vuelta por Istana Negara, residencia oficial del rey de Malasia. Este palacio real es magnífico, y se puede asistir al relevo de la guardia.
Las torres Petronas. Tienen 88 plantas y miden 452 metros de altura. Estas dos torres son muy impresionantes durante el día, pero son realmente fabulosas al llegar la noche. Su iluminación les confiere un aspecto de diamante donde se mezclan los colores oro y plata. El Islamic Art Museum. Tiene varias galerías, una de ellas dedicada a la arquitectura islámica. El museo expone sobre todo miniaturas de mezquitas, de memoriales y de mausoleos. También hay manuscritos, armas, monedas, joyas, telas y trajes del mundo islámico. Sri Maha Mariamman Temple: templo hindú que constituye el punto de partida del peregrinaje de la fiesta religiosa de Thaipusam. El Monumento a los muertos. Al lado de la Cámara del Parlamento se encuentra un monumento nacional de bronce. Fue erigido en memoria de los soldados malayos, ingleses y de los soldados de la Commonwealth muertos durante la insurrección comunista entre 1948 y 1960. Mide 75 metros de alto.
Piensa en seguir un tratamiento para prevenir el paludismo si vas a la selva. En la ciudad hay pocos mosquitos. Aún así, no está de más llevar un repelente para evitar las picaduras. Aunque estés acostumbrado al sol, es importante llevar protección solar. Como en otros tantos destinos cálidos, durante el día no se nota mucho el calor de sol y se suele lamentar amargamente al caer la noche. Las playas no son el único lugar donde pega el sol, en la ciudad es igual de peligroso.
Debes saber que, durante las vacaciones escolares públicas los hoteles y los transportes están bastante llenos. Los malayos no están acostumbrados a señalar con el dedo y se podrían sentir ofendidos con este gesto. Utilizan el pulgar para indicar una u otra dirección. En cuanto al regateo, los chinos son bastante adeptos a esta práctica, en cambio, es inútil intentarlo con los malayos. Como los precios están indicados, podría no gustarles la propuesta.
La cocina malaya es una mezcla de sabores distintos. Se utilizan muchas especias: pimientas, jenjibre, cúrcuma, comino, curry... La comida malaya suele ser a base de arroz. Se prepara de muchas formas: cocido al vapor, frito, blanco o sazonado con leche de almendra, especias y hierbas. Se suele presentar en forma de pastel de arroz o de lemang, arroz viscoso cocido al carbón de madera en un tubo hueco de bambú con hojas tiernas de platanero. El arroz se acompaña de legumbres, carne o pescado. En Kuala Lumpur se pueden encontrar restaurantes de cocinas diferentes: China, India, Thailandia... Merece una mención especial la cocina vietnamita del Tamarind Restaurant. Lejos del ajetreo del centro, se puede disfrutar de una copiosa comida que mezcla distintos sabores: pastel de gambas, galleta de arroz con mermelada de higos al sésamo. Y todo por un precio irrisorio. Tampoco hay que olvidar el Restauran Sri Thai, en la calle Jalam Sultan Ismail, donde se puede probar una deliciosa cocina thailandesa.
En los centros comerciales encontrarás casi todas las marcas occidentales, pero a unos precios parecidos a los de España, algunas marcas incluso son más caras. En cambio, para encontrar artesanía local hay que ir al Central Market. Diseñado con estilo art déco por el arquitecto TY Lee, este edificio fue construido en 1936. Utilizado en sus inicios para vender comida a los necesitados, actualmente este mercado está especializado en el trabajo manual popular. Se puede encontrar arte, antigüedades, ropa y joyas. Las pashminas están muy bien de precio.