Viajar a Maldivas es como llegar al paraíso. Este archipiélago está compuesto por 26 atolones, los más conocidos son Male, Baa, Dhalu, Faafu y Lhaviyani. El sobrevolar estas islas es una experiencia auténtica dónde la perfecta combinación de azules te dejará una imagen que nunca podrás olvidar.
En cuanto a la elección de la isla, es lo de menos, todas ellas os dejarán perplejo entre su verde vegetación y las playas de arena blanca. Conocida por los buceadores, tanto por los amateurs como por los profesionales, el archipiélago de las Maldivas es un destino tranquilo dónde también puedes hacer actividades náuticas. Sin contar las excursiones en las islas locales o los descubrimientos de delfines, rayas y otros animales.
Bienvenidos al jardín del Edén, no busquéis más, ¡es aquí! A Maldivas no puedes ir a hacer senderismo o trek, de hecho su relieve es tan plano que está amenazado constantemente por la subida del nivel del mar. Sin dudarlo, este es un lugar para parejas en luna de miel o amantes del buceo pero las familias se cobran paso poco a poco en resorts dónde ya está todo preparado para los niños. Como por ejemplo, la llegada en hidroavión, pero eso ¡también nos gusta a los adultos!
Por otro lado, la dimensión cultural es bastante limitado y el contacto con los locales es casi nulo. La capital Male, dónde podemos visitar la gran mezquita y el museo nacional, concentra la mayoría de los habitantes, el resto de islas están mayoritariamente vacías. Existen excursiones que permiten visitar algunas islas con pueblos típicos. También podemos pasearnos en el bosque tropical, donde encontrarás una vegetación muy frondosa junto con cocoteros, bananeros entre otras cosas. En Maldivas se encuentran muchos de los resorts más lujosos del mundo, podréis probar spas increíbles, restaurantes submarinos, y degustar delicioso marisco y pescado.
Por supuesto, una siesta en una hamaca entre dos cocoteros o un buen baño en las playas es imprescindible, pero también hay muchas actividades, como por ejemplo el vóley-playa, el tenis, canoa sobre la barrera de coral, pesca tradicional tanto de día como de noche, vela, esquí náutico, o catamarán. Sin olvidar el snorkel, para descubrir el fondo marino, un verdadero acuario gigante lleno de peces multicolores, delfines, rayas e incluso tortugas marinas. Después de un viaje a Maldivas, ¡cuesta mucho volver a la rutina!
La artesanía local es bastante reducida. La mayoría de los souvenirs son objetos importados: lacas de China, pareos y esculturas de madera de Bali, cordones y joyas de plata de Indonesia. Uno de los raros artículos "fabricado" allí es la camiseta decorada con plantilla. Si te gustan los objetos curiosos, visita el Singapore Bazaar de Malé: casi todos los objetos son importados pero es allí donde existe mayor variedad. Los comercios abren de 08:30 a 23:00, de sábado a jueves, y de 14:00 a 23:00, el viernes.
¿No os gusta mucho la carne? ¡Estáis en el lugar adecuado! En Maldivas, el pescado es el rey. Los platos se componen básicamente de arroz y de pescado ya sean fríos o calientes. Las recetas están bastante especiadas. Encontramos toda una serie de platos hechos con curry, bonito, pimiento, cebolla y nuez de coco rallada. También hay que probar los rulos de pescado frito, las bolitas de atún a la nuez de coco y el hikimas (pescado seco y ahumado con pan). En los grandes hoteles, encontramos cervezas y alcohol importados. Para desayunar, los maldivos comen ?mas huni?, un plato compuesto de atún mezclado con cebolla y pimientos que se come frio. También podrás degustar otros entrantes como el "kuli boakiba" (paté de pescado), "gulha" (buñuelos de pescado y pimiento) o el "fihunu mas" (pez recubierto de pasta de pimientos). Los platos principales están compuestos por sopas, curry y verduras. Los postres son generalmente muy coloridos y dulces, como el "zileybi". El té negro es la bebida tradicional, ¡os ayudará a rebajar toda esa comida!
En las tiendas pequeñas y los mercados, los precios no están establecidos. La tradición es pues de regatear, preguntarle primero el precio al vendedor y luego proponerle el precio que veáis conveniente.
El Islam es la única religión reconocida en Maldivas. El alcohol está mal visto: la importación y el consumo de alcohol están prohibidos en la capital Malé y en las Islas habitadas por locales. Las bebidas alcohólicas sólo están disponibles en las islas reservadas a los turistas.
Se aconseja a los visitantes de Malé de evitar una actitud hostil cerca de las mezquitas o de abstenerse de grabar y hacer fotos en esos lugares. En Malé, podréis visitar la Gran Mezquita así como la de Hukuru Miskiiy, ambas representativas del arte arquitectónico musulmán. El acceso a las mezquitas está reservado en un principio a los fieles pero es posible pedir una autorización para visitarlas fuera de horario de rezos. El atuendo acorde es indispensable.
Destinadas sobre todo a los buceadores, las Maldivas son un cóctel de islas para apreciar en un viaje o en un crucero. Si os interesa el crucero, vale la pena hacerlo en Dhoni (barco tradicional). Si por otro lado preferís un viaje en un resort, debéis prever al menos una semana.
La mejor época para visitar Maldivas es entre diciembre y abril. Si elegís este destino por el buceo, más vale traeros el certificado médico y el carnet de buceador. Puede que el primero no os lo pidan en todos los centros, pero el segundo es indispensable para ver el nivel y así evitaros el bautizo.
A vuestra llegada, prestar atención a la hora del vuelo. La mayor parte de los transportes entre islas no se hacen de noche. Si vuestro transporte es en hidroavión, puede que debáis pasar una noche en Malé.
Hay que saber que ninguna bebida alcohólica será servida en Malé (ni siquiera en los hoteles), debido a la reglamentación local.
Un viaje a Maldivas vale la pena, pese a que no hay vuelo directo a Malé y una vez allí tienes que hacer otro vuelo, en hidroavión. Este último es bastante divertido para llegar a vuestra Isla-Hotel.
Evitar iros a bucear directamente el primer día, ¡por el bien de vuestros tímpanos!