Construida sobre un litoral completamente rocoso y bordeando varias pequeñas bahías, la estación de Saint-Julians concentra toda la animación de Malta. Aquí las salidas priman por encima de la cultura.
Alrededor de la bahía se suceden bares, restaurantes y pizzerías. En el barrio de Paceville, en lo alto de la bahía, la vida nocturna alcanza su pleno apogeo. Todos los jóvenes malteses vienen a pasar la noche a este rincón elegante, animado y muy de moda. En el extremo de la bahía de Saint-George, el único e imponente casino de Malta recibe a locales y turistas.
Durante el día, las actividades náuticas ganan terreno a la fiesta. Los numerosos hoteles de alta categoría ofrecen todo un catálogo de deportes náuticos con varias posibilidades para hacer submarinismo.
Para variar del casino, los bares, los restaurantes y otras discotecas de Saint-Julians, hay que salir de la ciudad. Y es que, aparte del palacio Spinola, perdido en medio de construcciones modernas, desafortunadamente la estación está desprovista de centros de interés.
Deportes náuticos. Windsurf, jet ski o esquí náutico. Ir de compras por los centros comerciales de St-George's Bay. Excursiones por los alrededores, empezando por La Veleta. Para el esparcimiento, no dudes en pasar un día en la isla de Comino o en Mdina. En cuanto a los emplazamientos neolíticos, primero se deben visitar los templos de Tarxien al sur de La Veleta. Es el conjunto más vasto de Malta.
El frente marítimo de Saint-Julians, donde aún se pueden ver algunas barcas multicolor bailando en el agua. Aún subsiste una hilera de casas maltesas tradicionales. Éstas se distinguen por las galarias, balcones de madera cerrados y pintados de colores vivos. También puedes explorar la vida nocturna de la estación (deberán abstenerse los que suelan acostarse temprano): restaurantes y bares de moda, discotecas y clubes nocturnos.
En Malta se están pasando al euro. El paso a la moneda de la Unión está previsto para el 2007. En cuanto a la circulación, el tráfico es lento por todas partes. Evita alquilar un coche. Es preferible tomar los autobuses locales (no muy caros) o los taxis (para las zonas semi rurales mal comunicadas por transporte público). Debes saber que febrero es el mes que más llueve. Buen tiempo (salvo excepciones) durante el resto del año.
Alojarse en Saint-Julians para estar tranquilo. Entre el tráfico denso, los restaurantes, bares y la vida nocturna, la estación es muy recomendable para salir de fiesta y no tanto para descansar. Atención, la única playa de arena se encuentra en St-George's Bay y es una playa acondicionada con arena jordana. Los hoteles a orillas del mar se encuentran en zonas rocosas escarpadas que facilitan el acceso al agua a través de escaleras.
Pescado. Marisco. Pastas. En el menú de los restaurantes, una buena receta no muy cara son los espaghettis con marisco. Es muy raro que no esté buena (no se puede decir lo mismo de las pizzas o del pollo asado). Otros sabores: los de la cocina de fusión, que mezcla los sabores asiáticos con los occidentales. Por ejemplo, se puede probar el Eastern Breeze, el conocido restaurante del hotel Intercontinental.
Vino maltés (tinto o blanco). Hay tres regiones vinícolas principales que producen caldos fáciles de beber. Las cepas son de origen italiano. También puedes comprar miel de tomillo con sabor de garriga. En cuanto a la artesanía, el encaje hecho a mano (adornando pañuelos, tapetes o blusas), objetos decorativos de cristal o una obra de arte. Infórmate en los hoteles que a menudo organizan exposiciones-ventas.