En el corazón de una región desconocida por los turistas (Doukkala), El Jadida está destinado a convertirse muy rápidamente en un lugar de excelencia del turismo marroquí. Conquistada en el siglo XVI por los portugueses, que la eligieron como zona estratégica para los intercambios comerciales, la región de Doukkala fue luego territorio árabe (de esta época procede su nombre actual), hasta el más reciente protectorado francés.
Pasear por el mar e internarse en las callejuelas del centro de El Jadida, a condición de hacer alarde de cierta prudencia, es el mejor medio de acercase a la vida diaria de esta pequeña aldea similar a Casablanca. La Medina está bien conservada y presenta ocasiones especiales para una inmersión de folclore local. Sin embargo, la curiosidad debe manifestarse con cierta prudencia: Curiosidad a manifestar con cierta prudencia: aunque están cada vez más acostumbrados al turismo, a los habitantes no les gusta demasiado que les hagan fotos.
A unos kilómetros de El Jadida se encuentra la pequeña ciudad de Azemmour, que vale la pena. Pequeña escala en la ciudad costera de Sidi Bouzid a unos kilómetros al sur de El Jadida. En El Jadida no olvides visitar la cisterna portuguesa. Prolonga tu viaje por la laguna de Oualida. El sitio es magnífico y único en Marruecos. Con la marea baja, el mar da lugar a numerosos bancos de arena.
Durante el período del Ramadán, las tiendas sólo abren a primera hora de la tarde. Por el contrario, por la tarde, poco antes de finalizar el ayuno, las calles se animan. Cada familiar viene a comprar alimentos para cenar en familia.
Evita subir en un taxi sin conocer al menos el barrio de destino. Hay dos tipos de taxis: los amarillos (más pequeños), que no tienen derecho a salir de las murallas de la ciudad, y los grandes, que se desplazan a la periferia.
Al volante de estos últimos, encontrarás con frecuencia a conductores más jóvenes, que sólo hablan árabe.
En cuanto a las tarifas, es preferible negociar antes de salir. De todos modos los precios son asequibles.
Ten cuidado con el sol, ya que no siempre notarás que te estás quemando por el viento de la costa atlántica.
El pescado es excelente. Pregunta el nombre de pequeños restaurantes locales: Infórmate sobre un buen comerciante de comidas preparadas: los precios son asequibles y la calidad sublime. Una buena marisquería en la laguna de Oualia es la Araña de Mar. El propietario es agradable y acogedor.
En la región de Oualidia, degustación de marisco y sobre todo ostras y arañas de mar.
La región de Doukkala produce también numerosas hortalizas, rábanos, patatas, zanahorias, nabos, etc.
La artesanía marroquí es de buena calidad. Bolsos de cuero, lámparas, zapatillas, especias...Tu cesta de souvenirs estará bien surtida.