Taxco, que erige sobre los abruptos contrafuertes de la Sierra Madre, fue fundada en 1534 gracias al descubrimiento del yacimiento de plata. Con sus paredes blanqueadas con cal, sus calles adoquinadas que suben la montaña, sus techos de tejas romanas y sus balcones de hierro forjado, cultiva semejanzas con la Vieja España. Dominando el Zócalo, la elegante iglesia de Santa Prisca es una obra maestra del arte churrigueresco, un estilo barroco llevado a su paroxismo. Rodeando la plaza encontramos venerables residencias coloniales que albergan terrazas de restaurantes o talleres de orfebres anidados en agradables patios interiores.