La ciudad de Budva está situada de forma excepcional sobre la costa Adriática y es uno de las ciudades más antiguas del Mediterráneo. Las murallas de la ciudad datan del siglo XV. La vieja ciudad consta de pequeñas plazas y de callejones estrechos. No lejos del corazón de la ciudad descubrimos las necrópolis griegas y romanas que encierran joyas de oro y plata, limos vidrios y de cerámicas. Debes visitar la Iglesia Saint-Ivan (siglo VII), el Monasterio Benedictino Santa María de Punta y la Iglesia de la Trinidad Santa. Las murallas y las torres que protegen la vieja ciudad sirven de decorado durante el festival de teatro de Budva-Grad.
Budva es la ciudad costera más conocida de Montenegro, la que atrae al 70% de la clientela extranjera y la que se jacta de ser el Montecarlo del Adriático. En el menú: un puerto donde varios yates dignos de los amarrados en Cannes se codean con barcos de pescadores, una pequeña ciudad antigua rodeada de murallas, llena de encanto y playas de arena y guijarros, la más famosa de las cuales es la de Becici, a unos minutos de la ciudad. Delante de esta última se alzan una decena de hoteles de alta categoría pero de arquitectura poco respetuosa con el medio ambiente. Budva es una estación donde hay mucha marcha por la noche. Para los aficionados al poker, al blackjack o a la ruleta rusa, diríjanse al casino real, en el décimo y último piso del hotel Splendid, que ofrece vistas panorámicas al mar gracias a sus inmensas cristaleras. Este espacio de 600m² atrae a los jugadores de toda Europa. Los más ricos pueden llegar en helicóptero por el tejado. El helipuerto del Splendid es el tercer aeropuerto de Montenegro. En la playa de Becici, un club náutico propone el alquiler de barcos con pedales y jet-ski, esquí náutico, banana boat o paracaídas ascensional. El espacio de baño está delimitado por flotadores. El paseo marítimo bordea la playa durante 4km.
La ciudadela de Buva, la marina de Budva, la sirenita de Budva, a todo eso hay que hacerle una foto. La isla hotel de lujo Sveti Stefan, estrella de la costa adriática. Este antiguo pueblo de pescadores, amurallado y que se remonta al siglo XV, está construido sobre un islote que está unido a la costa por un estrecho istmo de arena. En 1960, bajo el impulso de Tito, la isla se convirtió en un hotel de lujo, símbolo del país y lugar de veraneo de la realeza, los políticos y los famosos del mundo de la moda y del cine. 50 años más tarde, la isla renace con la inauguración del Aman Sveti Stefan, por uno de los grupos hoteleros más lujosos del mundo.
Llévese una toalla gruesa a algunas playas de guijarros.
La playa de Budva es agradable, agua turquesa y tumbonas, pero esta playa no está ubicada en el lugar más íntimo y tranquilo de la costa; tendrás que compartir ese espacio con varios centenares de turistas más que acuden allí a tomar el sol y a bañarse. Si quiere una playa de arena bonita, vaya a la playa de Becici, un poco más lejos. Se trata de la más famosa de la región. No es que sea extraordinaria, pero la mayoría de las playas tienen cantos rodados y esta, en cambio, es de arena. También puede ir a la playa Mogren 2, privada y gratuita, larga de 350 metros y protegida por una colina de pinos y robles. Se accede a la playa por un sendero estrecho.
Embutidos: ¡degústelos con moderación! La cerveza local, la Nik, es muy buena y barata. Montenegro produce unos vinos deliciosos, como el vino rojo "vranac". Como aperitivo, le servirán una mousse de kajmak (queso de oveja), que podrá degustar sobre una proja (panecillo de harina de maíz parecido al pan turco), todo ello acompañado por una copa de rakija (alcohol local).
No puedes traerte gran cosa de la costa de lBudva, excepto copias de iconos que podrás comprar en los monasterios o trajes y joyas tradicionales. Si te gusta el café turco, también podrás comprar café molido finamente.