Podgorica, antiguamente Titogrado, es la capital de Montenegro, situada en el sur del país, en el punto donde confluyen los ríos Zeta y Moraca. La ciudad no cuenta con monumentos significativos, aunque siempre es posible acercarse hasta las ruinas del castillo de Nemanjic, el primer asentamiento serbio de la región. El casco antiguo, que todavía conserva algunas pintorescas casas turcas, cuenta también con la iglesia de San Jorge, que data del s. X, y la torre del reloj (Sahat-kula), que también merece ser vista. La región se asocia al gusle, un instrumento musical típicamente montenegrino, que viene a ser una especie de violín con una sola cuerda, con el que se acompañan los cánticos tradicionales. Una excursión que vale especialmente la pena realizar es la del lago de Scutari, que se encuentra a 18 km, en dirección sur. Este lago, compartido entre Albania y Serbia-Montenegro, tiene una longitud de 40 km, por 12 km de ancho. Sus aguas, repletas de peces, hacen las delicias de los pescadores. Algunas islas afloran en el lago, mostrando monumentos como el monasterio de Ostros, que data del s. X, o el de Beska, cuya construcción se remonta al s. XV.