El sur, con el que se han cebado las inundaciones, solía ofrecer paisajes agrícolas, sembrados de manioca, algodón o anacardos. Afortunadamente, los horizontes más bellos del país se han salvado de la hecatombe. Varios son los ríos que los recorren, como el Limpopo, el Save o el Zambeze, que desemboca en el lago Kariba.