La belleza y variedad paisajística presente en Níger es para quitarse el sombrero. Para descubrir este hermoso patrimonio natural, la primera parada de nuestro viaje será Niamey, la capital del país. Una vez aquí, no puedes dejar pasar la ocasión de dar una vuelta por el Gran Mercado, uno de los más grandes y extraordinarios del África Occidental. En sus modernos edificios encontrareis todo tipo de prendas, joyas y objetos de cuero, además de muchos otros productos artesanales. Si puedes, un excelente suvenir que podrías conseguir en este lugar es una de las tradicionales decoraciones para paredes llamadas djermas, muy coloridas y de una gran belleza. Para profundizar un poco en la historia del país y su cultura, la visita del Museo Nacional de Níger en el que también podrás contemplar diferentes trajes y vestidos tradicionales de las diferentes etnias que cohabitan en el país, como los Tuareg, los Hausas, los Djermas, los Fulani y los Tubus. De igual manera, el museo ofrece numerosas piezas de artesanía y escenas de la vida tradicional de sus habitantes. Otros lugares de interés ubicados en proximidad son la isla de Boubon, las llanuras de Río Bravo y los gigantescos campos de dunas que fácilmente pueden verse a las afueras de la principal urbe del país.
Aunque este fuertemente desaconsejado viajar a esta zona del país debido a la inestabilidad por la que atraviesa, Agadez (también llamada Agadés) es una ciudad que con un encanto sin igual. Ubicada en el desierto del Sahara, en el centro del país, Agadez es la principal ciudad del norte de Níger. Su gran mezquita, de arquitectura sudanesa y dotado de un suntuoso minarete piramidal, este emblemático monumento no puede faltar en la hoja de ruta de ningún viajero que se precie. Además, el casco histórico de la ciudad y el mercado ganadero en el que los camellos son los auténticos protagonistas, son muy recomendables para su visita.
Zinder, la antigua capital del país, se revela como otra parada obligatoria durante vuestra aventura en Níger. Esta ciudad queda dividida en dos barrios que ofrecen un fuerte contraste: al norte, el barrio de Zengou combina pequeñas casas tradicionales con techos de madera con gigantescos centros comerciales; mientras que en Sur, mucho más pintoresco, el barrio de Birnin ve como sus callejuelas son invadidas por preciosas zonas ajardinadas. Una vez aquí, no dudes en visitar la Gran Mezquita y el palacio del sultán. De hecho, la figura del sultán continua siendo muy importante para los locales, que acuden a buscar su consejo para varias cuestiones de la vida cotidiana. Si pones rumbo hacia el sur del país, no dudes en realizar una parada para visitar la aldea de Dogondoutchi, situada a los pies de la montaña. La ciudad de Tahoua, con su concurrido mercado dominical, brindará al viajero una experiencia de lo más auténtica.
Para disfrutar y sacarle el máximo partido a los bellos escenarios naturales de Níger, lo mejor es comenzar por el desierto de Teneré, donde se encuentran las dunas más impresionantes y suntuosas de todo el desierto del Sahara. Tras haber obtenido de las autoridades el permiso necesario para viajar al desierto, podrás descubrir hermosos vestigios de antiguas ciudades así como pinturas rupestres en las llanuras de Djado, en el corazón del desierto, que te dejarán sin aliento. Más al Este, los apasionados de la arqueología se deleitarán contemplando los varios fósiles presentes en lo que hoy parece un cementerio de dinosaurios. Tras esto, poniendo dirección hacia el Sur, la visita del macizo de Aïr, el "país" de los Tuaregs, se antoja como obligatoria, para después relajarse en las aguas termales de Tafadek, en los oasis de Timia, o disfrutando de las excelentes vistas de las cataratas ubicadas en las cercanías de Timia.
Los safaris son otra de las actividades más populares entre los turistas. Si te gusta la naturaleza y los animales salvajes, no dudes en visitar el Parque Nacional W. Hienas, chacales, guepardos en plena cacería, babuinos y antílopes son algunas de las especies que pueblan sus dominios. Si piensas visitar esta reserva, te recomendamos hacerlo durante la temporada seca, ya que visibilidad de las bestias es mucho mayor al congregarse alrededor de las zonas húmedas para hidratarse. La visita del parque ha de realizarse obligatoriamente en coche.
Una vez en el país, tus compras se limitarán especialmente a tus necesidades personales de consumo. Los comercios grandes están bien abastecidos pero en los mercados del norte sólo hay lo estrictamente necesario. En Niamey hay telas magníficas y a los sastres les encantará confeccionarte el modelo que tú quieras. En la capital hay profesionales que trabajan el oro y la plata y también joyeros alrededor de los mercados. Para comprar artesanía tuareg (joyas, sables...) hay que esperar a llegar al Air.
En Níger la gastronomía no es una disciplina demasiado elaborada. De hecho es realmente simple, pues su cometido no radica precisamente en la combinación de sabores, sino en llenar el estómago. La base de la gastronomía del país se basa en el arroz, la sémola y especialmente el mijo, un cereal muy apreciado por los locales que puede ser consumido hervido, en forma de pan o mezclado con leche y azúcar. Los puestos de comida callejeros son bastante habituales, como también los tradicionales buka, pequeños establecimientos ubicados al borde de las carreteras en las que el viajero podrá degustar carnes a la parrilla, carne seca, en brocheta o en ragú, como el tradicional egusi, elaborado a base de carne y guindillas. Los arroces con salsa son otro de los platos más populares y menos caro que encontrarás en Níger.
Si te entra el apetito y te apetece picar algo entre horas, los buñuelos de judías blancas, las frituras de patatas dulces o el pate de carne se antojan como un sabroso tentempié. Otra buena opción sería decantarse por los creps de harina de mijo o yuca. Resulta curioso, pero incluso en el desierto del Sahara, los Tuareg tienen sus propias especialidades culinarias. El cordero targuí, es el plato más representativo de esta etnia nómada, que es preparado con la carne del animal con el que se crea un ragú, que es cocido a fuego lento. Otros platos típicos de la región son las sopas de pan de trigo o de pan de sémola que es preparado sobre la harina y después desmigado para ser agregado a la sopa. Por otro lado, si te gustan las sopas, la tradicional efo, elaborada a base de verduras, o bien la isi-ewu, de gusto picante y especiado y carne de cabra. A la hora del postre, las opciones no son muy variadas, ya que se limitan a las frutas de temporada o a las porciones de azúcar de caña que muchos chupan y mascan. Los nostálgicos de la cocina occidental tienen que esperar a llegar a Niamey, Agadez o Zinder, en donde hay restaurantes que ofrecen platos rudimentarios: tortilla francesa, filete... En resumen, lo que cuenta en Níger es el paisaje.
La ayuda entre los locales es un valor muy extendido en todo el continente africano, y en este sentido, Níger no es ninguna excepción. A esa solidaridad que se presentan los habitantes de una misma ciudad y los miembros de la familia es materializada en forma de una tontina. Esta improvisada caja de ahorros es alimentada por todos los miembros que participan en ella para al final de cada mes, respetando el turno de cada uno, los miembros cojan la suma amasada sin molestarse en llevar un registro o firmar algún documento, ya que lo que prima para ellos es el honor y la palabra de cada uno.
A pesar de que la mayoría de la población del país es de confesión musulmana, las tradiciones animistas que reconocen la fuerza vital de todos los seres vivos, está presente a lo largo de casi todo su territorio. Según esta creencia, los árboles, los humanos y los animales, así como el espíritu de nuestros ancestros, viven y vivirán por siempre. Esta tradición y sus ritos son todavía practicados en la actualidad.
Debido al fuerte clima de tensión, reforzado por los ataques del grupo terrorista fundamentalista islámico Boko Haram tras los atentados contra el equipo editorial de la revista satírica Charlie Hebdo, es necesario extremar las medidas de seguridad a un nivel tan alto como se pueda. En internet rápidamente podrás localizar un mapa en el que se muestran las zonas rojas del país que deben evitarse. Especialmente, conviene evitar la región de Diffa, la capital, Niamey, y los edificios y estructuras no vigiladas.
El paludismo es una enfermedad todavía muy presente en Níger, por lo que es imprescindible vacunarse y llevar consigo todo el material necesario. Antes de viajar, comprueba las vacunas necesarias y obligatorias para viajar al país africano, como la de la fiebre amarilla. La actualización de la vacuna contra la difteria, tétanos y poliomielitis (Vacuna DTPa-VPI) es indispensable, así como la vacuna contra la maningitis, ya que tristemente las epidemias de esta enfermedad son bastante freceunetes. Además, es consejable vacunarse o actualizar las vacunas contra de la rabia, fiebre tifoidea y la hepatitis A y B.
No te bañes en zonas en las que las aguas estén estancadas, ya que el riesgo de infección parasitaria es realmente muy elevado. De igual manera, evita acariciar cualquier animal abandonado o errante, y asegúrate de beber solo agua en botella y de que esta no haya sido rellenada.
Un viaje a Níger necesita una buena preparación previa: información sobre las condiciones de seguridad, la contratación de los servicios de un guía para las excursiones por el desierto, contactar con una agencia local para comparar los precios de los guías... no trates de improvisar como hizo el viajero Théodore Monod. Cuando visites una mezquita no olvides dejar la tradicional donación antes de salir. Las mujeres no pueden entrar en el interior y los hombres deben obligatoriamente cubrirse las piernas.Antes de dejar Agadez para ir al desierto acuérdate de comprar azúcar. Es un regalo muy apreciado por los Tuaregs que te ofrecerán su hospitalidad.