Oslo

Oslo, capital de Noruega, sabe sorprender por su entorno natural y sus riquezas culturales.
Esta pequeña capital de 500.000 habitantes, una ciudad de contrastes, es ideal para los amantes del arte. Dotada de 41 museos, numerosas galerías y obras de arte dispersas en los lugares públicos, Oslo, la ciudad del premio Nóbel, esconde arte en cada rincón. Su diversidad arquitectónica que sorprenderá a más de uno: antiguos docks en los barrios residenciales pasando por el centro histórico, inmuebles modernos y antiguos, todo ello salpicado de numerosos espacios verdes.
Al pie de la ciudad, colinas y bosques verdes constituyen un lugar de descanso para los amantes de los paseos y del esquí, mientras que los fiordos son un lugar de crucero en trasatlántico, velero o canoa, dependiendo de la estación.

La población, como es de esperar, es alta y rubia, se centra en la familia y las actividades al aire libre, aunque las temperaturas no se prestan mucho para ello. Bicicleta, roller y navegación han dejado lugar al esquí, raquetas y senderismo en invierno. Nada detiene a los noruegos que no se dejan impresionar por las temperaturas negativas, frecuentes en invierno. Los noruegos, respetuosos y simpáticos, se parecen más a los ingleses, tanto en el humor como en el respeto por las normas. Costumbres nórdicas que se escapan a los latinos.

La metamorfosis de Oslo, que se produjo desde hace varios años, todavía no ha terminado ya que, tras la construcción de la Ópera (durante 8 años), gran edificio blanco sobre el agua, le toca al Museo Munch transferirse al lado del gran edificio blanco (las obras deberían terminar en 2012). Además la "3 vías" que cruza Oslo debería recubrirse con un espacio verde, de modo que la ciudad resulte más acogedora y agradable para vivir.

Una ciudad para visitar durante un fin de semana largo, a condición de seleccionar con antelación las visitas para no perder tiempo in situ. Además, un pequeño consejo, reserva un presupuesto bastante elevado ya que los precios de los restaurantes y transporte público son desorbitados. En julio de 2009, un banco (USB) realizó una clasificación de las ciudades más caras del mundo, donde Oslo ocupaba el primer lugar.

Al lado del embarcadero, la fortaleza medieval y el castillo Arkehus están rodeados por un jardín, un pequeño estanque y permite tomar algo en un lugar encantador en lo alto de la ciudad.
Cómprate el pass Visit Oslo, en venta en la oficina de turismo, gracias al cual puedes coger el transporte público de forma ilimitada, entrar gratis en los museos pero también disfrutar de descuentos en restaurantes y un 50% de descuento en los cruceros por los fiordos.
Deambular por el muelle Aker Brydge, con sus numerosos bares, restaurantes y tiendas. Pasear por la Karl Johansgate, una calle muy animada que empieza en la estación central, pasa por la catedral, el Storting y su jardín para terminar en el castillo más abajo.
Admirar las vistas desde la famosa pista de esquí Holmekollen Ski Jump que ofrece una buena bocanada de aire en verano e invierno.
Pasear en verano por los bosques del entorno.
Hacer un crucero por los fiordos, algunos incluyen una cena con gambas durante el paseo.
Asistir a una ópera en el nuevo edificio blanco sobre el mar.

El parque Vigeland y sus impresionantes esculturas.
El barrio moderno de Grunerokka.
La Nasjonalgalleriet, el Museo Nacional de Bellas Artes, representa las mayores corrientes artísticas internacionales.
El Storting (el Parlamento), merece una visita por sus galerías de cuadros y su sala histórica que retrata una buena parte de la historia del país.
Los incondicionales del artista Munch no pueden perderse su museo, que retoma toda la diversidad de su arte: ilustraciones, lienzos, esculturas.
La península de Bygdoy, accesible en coche o en barco, permite sumergirse en los orígenes vikingos del país. Entre los cinco museos típicamente noruegos, el famoso museo de barcos vikingos es mítico.

Llévate calzado cómodo para caminar durante horas, el mejor modo de descubrir la ciudad.
Abrígate bien ya que el tiempo cambia rápido y las temperaturas bajan en seguida, sobre todo por el aire marino que a veces trae viento frío.
Compra tu alcohol en la tienda especializada prevista a este efecto y recuerda hacer copio antes de las 18:00 h.

Hablar demasiado de la adhesión de Noruega a la Unión Europea. La mayoría está en contra.
Conducir demasiado rápido o bebido, no ceder el paso a peatones, todo esto está muy mal visto y es reprensible.
Hacer humor negro, criticar o burlarse.

Pescado, gambas, reno, ballena (sí, está autorizado en Noruega). Prueba el aquavit, alcohol escandinavo a base de patatas y cereales destilados.

Salmón ahumado, marinado o cocido, huevas de pescado y todo tipo de productos del mar. Baratijas como sombreros de vikingos o trolls como monedero, imanes o figuritas, recuerdos muy kitsch.