Preparados, listos, ¡ya! Tenemos que admitir que 48 horas no son suficientes para visitar la capital lombarda en su totalidad, pero a veces todo lo que tenemos es un fin de semana. Milán es todo bullicio. Es la ciudad en la que la tradición se une a la modernidad y se mezclan en perfecta armonía. Además, Milán ofrece emociones para todos los gustos, uno puede pasar un fin de semana acelerado o extremadamente relajado. He aquí nuestra guía para sacarle el máximo partido a esta increible ciudad en 48 hora.
Te empezamos comenzar tu viaje en el lugar más destacado de la ciudad: el imponente Duomo de Milán. De estilo gótico, este se encuentra en el centro de la plaza del mismo nombre. Sube en ascensor hasta la terraza y contemple la majestuosa vista de 360 grados de la ciudad. Una vez que hayas terminado, vuelve a tierra y da un paseo por la Galería Vittorio Emanuele II. Este es el centro comercial más antiguo del país y se erige como una maravilla arquitectónica en los tiempos actuales. Su impresionante cúpula y sus relucientes suelos de mármol son un regalo para la vista.
A continuación, camina hasta la Gallerie d'Italia y admira su vistosa arquitectura de los siglos XIX y principios del XX. No olvides dar un paseo por el frondoso patio interior, el cual fue a menudo frecuentado por el famoso escritor y apasionado de la botánica Alessandro Manzoni.
Tras esto, te proponemos dar una vuelta por el barrio artístico de Brera y contemplar los escaparates de las boutiques independientes y las galerías de arte de la zona.
Sin duda, la mejor opción es comenzar la tarde disfrutando de un delicioso almuerzo milanés. Tradicional y bastante económica, la trattoria "Amici Miei" propone una amplia gama de especialidades lombardas con los que podrás explorar la cocina de esta región de Italia.
Una vez terminado "il pranzo", nuestra siguiente parada será la Pinacoteca de Brera, la galería de arte más prestigiosa de la ciudad que alberga una impresionante colección de obras del Renacimiento. Y después de maravillarte contemplando tanto arte, no dudes en dar un paseo por el Orto Botanico di Brera y los jardines botánicos, para coger aire antes de abrirte paso entre la multitud en la Chiesa di Santa Maria delle Grazie, y disfrutar de La Última Cena de Leonardo da Vinci.
Es hora de dirigirse al barrio más animado de Milán, Navigli. Relájate y disfruta de un aperitivo mientras disfrutas de los canales.. A lo largo de éstos encontrarás varios rincones llenos de carácter en los que podrás degustar todo tipo de especialidades culinarias italianas y del resto del mundo.
Después de pasar un rato de relax, es hora de buscar un lugar para cenar. Aunque si prefieres seguir un programa más festivo, te recomendamos ir a picar y beber algo a Porta Venezia, un barrio lleno de bares de vinos y un ambiente chill.
Te invitamos a comenzar tu segundo día en Milán recorriendo la Villa Necchi Campiglio, una auténtica mansión Art Decó con magníficas muestras de una lujosa casa de los años 30.
Dirígete a un café cercano para reponer fuerzas y luego prepárate para ir de tiendas. Corso Buenos Aires y Corso Vittorio Emanuele II cuentan con las tiendas de moda más exquisitas de Milán. Pero si lo que te interesa realmente son las tiendas de lujo, en el Quadrilatero della Moda encontrarás las últimas piezas de los principales modistos italianos e internacionales.
Una visita de la capital lombarda no puede darse por concluida sin ver el pintoresco Castello Sforzesco, dar un paseo por el Parco Sempione y acudir a la Triennale Milano para contemplar los mejores objetos de diseño italiano de creadores de renombre como Gio Ponti y Achille Castiglioni. Tras esto, puedes sentarte en el café del jardín del museo y disfrutar de un aperitivo al atardecer.
Por la noche
Tu última noche en Milán debe ser algo emocionante y digno del recuerdo Así que es hora de descubrir la extraordinaria vida nocturna de la ciudad. Para ello, no hay nada mejor que descubrir algunos de los mejores bares y clubes de la ciudad como Cresio 7, IL Bar del Bulgari Hotel Milano e IL Liberty.
