8 platos que debes probar si visitas el noroeste de Francia
Redacción
A menudo pensamos en París y Lyon como epicentros culinarios de Francia. Pero lo cierto es que existen muchos otros lugares que también merecen una visita si te consideras un "foodie". De hecho, el noroeste de Francia, que incluye las regiones de Bretaña, Normandía y el Valle del Loira, ofrece un buen puñado de deliciosas especialidades culinarias que abarcan carnes, dulces, quesos y hasta mariscos, para que disfrutes de una increíble experiencia gastronómica mientras descubres estos territorios.
Por supuesto, si tienes pensado visitar la región de Bretaña, no puedes dejar de probar los reputados crepes bretonnes (tortitas dulces que se pueden cubrir o rellenar con chocolate, miel, sirope de limón, mermelada y muchas otras cosas) y las galettes bretonnes (tortitas saladas hechas con harina de trigo sarraceno, a menudo cocinadas con jamón, queso y huevo, a las que se les conoce como ?galettes complètes?). Existen un montón de maneras de prepararlos y degustarlos, ya que cada crêperie tiene sus propias recetas. También puedes aprender a hacerlas tu mismo, ya que es un plato bastante simple de preparar (aunque no por ello menos delicioso). Te recomendamos degustar esta especialidad francesa acompañada de una refrescante sidra, otro de los productos más destacados de Bretaña.
Tanto si vas a Normandía como a Bretaña, las ostras son un elemento muy importante de la gastronomía de ambas regiones. Pero quizás quieras aprender más sobre ellas para poder elegir las mejores y más apetitosas. Una vez allí, podrás elegir entre las huîtres creuses (ostras de roca) y las huîtres plates (ostras planas), originarias de Bretaña. Las ostras de roca están disponibles todo el año y son la mejor opción si prefieres degustarlas cocidas, mientras que las ostras planas son más delicadas, por lo que es mejor comerlas crudas, y sólo están disponibles entre los meses de septiembre y abril. Evidentemente, las ostras van especialmente bien acompañadas de una copa de vino blanco bien frío, pero también se pueden disfrutar con un vaso de sidra, calvados o incluso con un poco de whisky de la destilería de Warenghem, situada en la costa norte de Bretaña.
El pastel más típico de Bretaña es el kouign-amann, el cual ha sido descrito como "el pastel más graso de toda Europa", ya que esencialmente se compone de masa laminada con mantequilla y azúcar. Puede que no sea la opción más saludable para un tentempié, pero lo cierto es que es realmente sabrosa gracias a su confección hojaldrada y caramelizada. Originario de la localidad de Douarnenez, este es sin duda uno de los productos imprescindible que todo visitante de la región de Bretaña debería degustar. Pero para ello, es imprescindible intentar probar las recetas de las mejores pastelerías de la ciudad, como la Boulangerie des Plomarc'h o la Boulangerie Pascal Jain, famosas y alabadas en todo el país por su delicioso kouign-amann.
Pero si te gusta más el queso que el marisco o la repostería, no te preocupes, ya que Bretaña y Normandía también son estupendas para todo lo que tiene que ver con productos lácteos. En Bretaña, no dudes en probar el Ti Pavez, un queso regional curado en agua de mar, mientras que en Normandía has de degustar algunos de los grandes clásicos como el cremoso camembert o el también delicioso Pont-l'Évêque, los más antiguos e icónicos de la región.
El calvados es un tipo de aguardiente elaborado con manzanas que sólo puede llamarse de este modo si es producido en la región de Normandía. Su sabor puede variar en función de las diferentes técnicas y terruños a los que se asocia, pero cuenta con un sistema de DOP que garantiza su calidad y carácter único. A veces también se elabora con peras y es especialmente bueno para acompañar el café, el chocolate negro o un buen puro si te gustan los sabores ahumados.
Procedente de la ciudad de Nantes, en el Valle del Loira, el gâteau nantais es un postre típico que se inventó en el siglo XVIII y que se elabora con azúcar, almendras, mantequilla y ron. La masa de este dulce es empapada de jarabe de ron y luego cubierta con un glaseado con ron, ofreciendo un sabor de lo más agradable. Se aconseja dejar reposar el pastel durante un día antes de comerlo para que el almíbar se impregne por completo sin que este pierda su humedad.
Originario de la ciudad de Dieppe, en Normandía, la marmite dieppoise es un rico guiso de pescado elaborado con mantequilla, sidra y crema fresca, además de algunas especias como pimentón, pimienta de cayena o curry en polvo. Incluye distintas variedades de mariscos y pescados que pueden incluir gambas, mejillones, rodaballo, lenguado o salmonete, así como perejil, puerro, cebolla y apio. Según la leyenda local, este plato fue originalmente creado en los años 60 en una taberna que servía a marineros y navegantes, y en la actualidad es una de las grandes especialidades de la gastronomía normanda, que compite en popularidad con su quivalente mediterráneo: la famosa Bouillabaisse marsellesa.
El kig ha farz es un plato procedente dela zona de Finisterre, en Bretaña, que se compone de un caldo con carnes cocidas a fuego lento (sobre todo de cerdo), un pudín de harina de trigo sarraceno y diferentes verduras como zanahorias, coles, puerros y nabos. Su nombre significa literalmente "carne y relleno", lo que representa bastante bien su contenido. Esta es una comida reconfortante en su máxima expresión, que antes era considerada como un plato para los pobres y el campesinado, pero que ha terminado por convertirte en una de las especialidades más destacadas del patrimonio culinario bretón.