Publicado el 13/08/2019

#Cultura #Grecia

¿A dónde ir para admirar los atardeceres más bonitos del mundo?

¿Qué hay más romántico, poético y maravilloso que un atardecer? Cuando el sol roza el horizonte, los colores del cielo se difuminan y pueden modificar por completo un paisaje. Son muchos los turistas que buscan el rincón ideal desde el que admirar caer la noche. Y como la Madre Tierra es generosa, existen multitud de lugares en la Tierra para poder contemplarlos. Aseguraros de que uno de estos 25 lugares no aparece señalado camino a vuestras próximas vacaciones.

Santorini, Grecia

Santorini tiene uno de los atardeceres más conocidos en todo el mundo. Lo más seguro es que no estaréis solos a la hora de observarlo. Cada tarde, al caer la noche, los turistas se abalanzan sobre los callejones con el fin de encontrar el mejor sitio desde donde apreciar este crepúsculo. Y entonces, el pueblo antes blanco se torna dorado, ¡es algo simplemente magnífico! - © 123rf

Nueva York, Estados Unidos

Estas vistas sin igual llegan hasta la ciudad y prueba de ello es Nueva York, en donde si cogéis altura apreciaréis una vista de todo Manhattan al caer el sol. Además, en lo alto del Empire State, hay un observatorio desde donde se tiene una vista insuperable de Times Square. - © Copyright: Karel Miragaya

Desierto de Kalahari, África del Sur

Como si fueran sombras chinas, el desierto de Kalahari es otro de esos destinos, con un ocaso precioso, de colores cálidos y vivos. Este desierto es comparado a menudo con un auténtico diamante en bruto. - © aoosthuizen/123RF

París, Francia

Algo menos salvaje pero igual de bonito es el caso de París. En el momento en que el sol reposa sobre la ciudad iluminada, los rayos del sol acarician la Torre Eiffel, transportándonos hasta el Siglo de las Luces. Un pequeño consejo desde Easyviajar: el mejor lugar desde donde podréis admirar el crepúsculo de París es en lo alto de la torre Montparnasse, nada menos que a 210 metros del suelo. - © 123RF

Almería, España

Estos colores son, sin duda, magníficos: el rojo fuego del cielo contrasta con el azul del Mediterráneo. Para apreciar esta maravilla tenéis que pisar el acelerador hasta llegar a Almería. - © Ryhor Bruyeu/123RF

Horseshoe Bend, Arizona, Estados Unidos

Quien dice Oeste Americano, dice paisajes que quitan el hipo, en especial, al atardecer. - © jenifoto/123RF

Santa Mónica, Los Ángeles, Estados Unidos

Otro espectáculo de vistas sería sin duda el de la playa de Santa Mónica, California. - © BENEDETTA BARBANTI/123rf

Seljalandfoss, Islandia

Es hora de dejar atrás los paisajes de cine americano para ir hasta otro país fascinante: Islandia. Entre el hielo y la lava, surge esta maravilla de paisaje. - © fyletto/123RF

Monte Fuji, Japon

El monte Fuji, o "Suji San" es el punto en donde termina Japón. Es posible apreciarlo desde la capital, Tokio. Y si tenéis suerte y el tiempo es calmado, podréis tumbaros con el atardecer de telón de fondo. - © 123rf

Taj Mahal, India

Este templo es de parada obligatoria en un tu hoja de ruta en la India. Merece la pena visitarlo especialmente cuando le cubre un velo anaranjado cuando atardece. - © WWW.DonMammoserPhoto.com/123rf

Poco importa que sea en ciudad o en medio de la nada, los atardeceres tienen siempre un "qué sé yo" mágico. Desde París hasta Nueva York, pasando por Grecia, Islandia o Le Mont Fuji en Japón, la fascinación terminará siendo la misma. Cuando el cielo se vuelve amarillo, anaranjado, o a veces incluso rosado, los paisajes desvelan otra faceta completamente diferente de su personalidad. Existen lugares que llaman a las masas, como Santorini, donde miles de turistas se agolpan cada tarde a lo largo de los callejones sinuosos del pueblo, con la única intención de observar el atardecer. Lo mismo pasa en Venecia, donde los viajeros asaltan las góndolas cuando el sol comienza a descender en el cielo. Pero también existen ciertos lugares más resguardados dónde el atardecer es un verdadero regalo. Como en Nueva Zelanda, en la playa de Wharariki, accesible únicamente a pie, gracias a su restricción a la circulación. Y es que aún habiendo un único sol en nuestro universo, existen muchos atardeceres diferentes. Solo se necesita tiempo para poder descubrirlos.