Publicado el 22/01/2022

#Cultura #Francia

Château-d Oléron: un antiguo pueblo de pescadores transformado en un paraíso para los artistas

Es imposible pasar por el pueblo de Château-d'Oléron sin fijarse en sus pequeñas y coloridas casas. Construidas originalmente como viviendas de pescadores, estas estructuras multicolores son ahora estudios de artistas. Detengámonos un momento en este pueblo para descubrir su historia y su increíble belleza.

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Château-d'Oléron es un encantador pueblo de la región de Charente-Maritime, en Francia. Una vez que se desembarca en la isla de Oléron, este es el primer pueblo que se encuentra, justo después de cruzar el puente. El colorido de sus tejados y su estructura urbana en forma de estrella no pasan desapercibidos. 


Antes de ser una ciudad muy turística, es ante todo un importante puerto ostrícola de la cuenca de Marennes-Oleron. Para entenderlo, basta con pasear por la costa y observar los distintos criaderos de ostras que se utilizan para su reproducción y maduración. En el borde del océano Atlántico, se puede ver la vegetación característica de los ambientes expuestos a la alta salinidad, como las algas y las glicinas. El paseo es muy agradable y tonificante, con la brisa del mar acompañándonos.

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Los artistas

El Château d'Oléron no ha dado la espalda a su producción primaria y así lo demuestran las numerosas casetas de ostras que proliferan en el puerto. Pero frente a la competencia, el pueblo ha hecho todo lo posible por distinguirse. Hoy en día, la ciudad es un importante centro turístico que se apoya sobre todo en su patrimonio artístico, gracias a la belleza de la ciudadela y aprovechando su ubicación no sólo cerca del puente, sino también de ciudades costeras de gran popularidad turística como Saint-Trojan y Boyardville.


Desde 1996, el municipio también intenta atraer a artistas y artesanos, que se instalan en antiguas cabañas de ostras renovadas y multicolores que despiertan inmediatamente la curiosidad de los visitantes. Hay una veintena de ellas, que acogen a pintores, artistas plásticos, escultores y vidrieros...

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Además de sus vivos colores, las cabañas albergan a los artistas de la isla, que exponen sus obras a los curiosos. Trabajar el vidrio, pintar, dibujar a lápiz o a carboncillo o incluso esculpir... el arte está presente en todas sus formas y también hay obras más insólitas que los turistas pueden cruzar literalmente durante un paseo por el puerto, como un puente de los deseos, el cual está hecho con conchas de ostras.