Escocia es un destino soñado por muchos viajeros, pero algunos de ellos terminan aburriéndose de visitar sus atracciones turísticas más famosas. Si tu también eres de los que prefiere salirse de los caminos trillados, entonces este artículo es para ti. Desde St Kilda hasta Oban, pasando por las piscinas de hadas de Skye, Plockton, la cueva de Smoo y los Kelpies, te invitamos a conocer algunos de los lugares.
Este extraño edificio de tan peculiar arquitectura es en realidad una "folie", término que se utiliza para las construcciones que se hacen únicamente para decorar y no para ser habitadas, pero la piña de Dunnmore parece tener un propósito diferente.
Esta fue construida por Lord Dunmore, quien quería que su casa tuviera un aspecto muy singular. Siempre deseó cultivar piñas y por eso hizo que esta exótica fruta fuera el símbolo de su casa.
En la actualidad, la piña de Dunmore está en manos de Landmark Trust, organización que la gestiona por completo. La alquilan para vacaciones a un precio muy atractivo. Se puede llegar fácilmente tomando un vuelo a Edimburgo o Glasgow, seguido de un viaje de 40 minutos en coche.
Los Kelpies
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Los Kelpies son dos estatuas monumentales de las que no se ha oído hablar mucho pero que son extremadamente espectaculares. Éstas se encuentran en el Parque Helix, a tan sólo 20 minutos de Edimburgo o 30 minutos de Glasgow.
Kelpie es un término escocés que designa a los "caballos de agua" de la mitología celta, que según cuenta la leyenda, eran diez veces más fuertes que los comunes. Estos caballos han sido históricamente seres muy importantes en la historia de Escocia, ya que no sólo trabajaban en la tierra sino que también protegían al pueblo de numerosos ataques.
Crovie
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Crovie es un pequeño pueblo del norte de Escocia. Está situado en la región de Aberdeenshire y consiste en una única carretera con 50 casas frente al mar. Puede que no lo creas, pero la carretera es tan estrecha que los residentes se ven obligados a aparcar sus vehículos fuera del pueblo.
Uno podría preguntarse por qué están todos los residentes reunidos en esta estrecha calle frente al mar. La respuesta es bastante sorprendente. Una vez, un rico terrateniente echó a todo el mundo porque le gustaba ver pastar a sus ovejas en los campos. Y a consecuencia de esto, todos los habitantes se vieron obligados a refugiarse en la pequeña franja de tierra que da al mar.
Varias de estas casas se han convertido en casas de vacaciones. Para llegar hasta aquí, lo más sencillo es tomar un vuelo a Aberdeen y, después conducir durante una hora.
La cueva de Fingal
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Nunca verás una cueva similar a la de Fingal. Esta espectacular cueva de basalto que surge del mar es impresionante. Está destinada a impresionar a cualquiera que se atreva a aventurarse en su interior.
Pero este lugar ofrece mucho más que cuevas y grutas. Hay un montón de vida silvestre que podrás apreciar en sus alrededores. Si se tiene la suficiente paciencia, tendrás la oportunidad de encontrarte con los simpáticos frailecillos. También se organizan excursiones en barco para avistar su exótica fauna.
Para llegar hasta aquí, hay que volar a Glasgow y conducir hasta Oban y, finalmente, tomar un ferry de 50 minutos hasta Craignure.
