Saborea la esencia del Carnaval italiano a través sus dulces típicos
Redacción
Que en el "bel paese" se come bien no es ningún secreto. Y con la llegada del carnaval, cada región de Italia hace honor a esta reputación para el deleite de los más golosos con una amplia y deliciosa gama de dulces típicos como los que os mostramos a continuación. Buon appetito, ragazzi!
Tagliatelle fritte
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En Emilia Romaña uno de los plato más típicos de las festividades de carnaval son los tagliatelle. Pero esta vez no en su versión salada con salsa de carne y tomate, sino dulce.
Para la ocasión, la masa de los clásicos tagliatelle es enriquecida con azúcar y piel de naranja. Una vez extendida, la pasta se fríe en una sartén y, una vez lista, se espolvorea por encima una delicada capa de azúcar glas.
Si quieres sumergirse en el auténtico Carnaval de Bolonia, no hay nada como pasear por la ciudad con un cucurucho de "tagliatelle" en la mano y admirar las máscaras y disfraces. Aunque por otro lado, quizás sea mejor hacerlo resguardado bajo los pórticos por si te sorprende uno de los típicos chaparrones del mes de febrero.
Buñuelos de arroz, Lombardía
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En Lombardía, tierra del valle del Po y de los arrozales más célebres de Italia, el postre clásico de carnaval es de origen muy humilde, pero realmente sabroso.
Los buñuelos de arroz lombardos tienen forma de albóndigas, y por dentro son muy dulces y esponjosos. Para ello, el arroz es cocido en leche aromatizada con ralladura de cítricos, mantequilla y azúcar. Una vez listo, este se mezcla con huevos, ron y harina y, por como no podía ser de otro modo, posteriormente es frito.
Se trata de un plato sencillo que hunde sus raíces en un pasado lejano y que todavía es transmitido de madres a hijas, y que resulta perfecto para disfrutar durante las celebraciones del carnaval de Mantua, mientras se observa encantado el desfile de las carrozas y los niños que juegan disfrazados.
La schiacciata, Toscana
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En Florencia, Carnaval significa "schiacciata". No debe confundirse con el crujiente tentempié salado del mismo nombre, la schiacciata florentina dulce, reconocible por el lirio florentino estampado en la superficie con cacao en polvo, es un pastel suave, hecho con levadura, que huele a naranja. Aunque la receta tradicional no lleva nata, muchas pastelerías ofrecen ahora una nueva versión de la tarta rellena de nata, crema o chocolate... una auténtica delicia.
Cada año, el Carnaval de Venecia atrae a miles de visitantes de todo el mundo, a los que entretiene con más de 150 eventos, entre los que se incluyen actuaciones, espectáculos teatrales y talleres.
Pero, ¿qué pasa si de repente te da un ataque de hambre durante los desfiles de máscaras? Pues bien, como no podía ser de otro modo, el Véneto también tiene su propio pastel de carnaval: el "galani", también conocido como "crostoli".
Finos, perfumados, con forma de cinta o rectangulares, los galani (también llamados "frappe", "chiacchiere", "intrigoni") constan de muy pocos ingredientes --harina, leche, huevos, azúcar, mantequilla, grappa--, son muy fáciles de preparar, se pueden freír u hornear y hacen sonreír a todo el mundo por sus infinitas bondades.
Parecen rosquillas fritas normales, pero las "is zippuas" (en sardo) se caracterizan por el uso de patatas cocidas en la masa, que, además de ralladura de naranja y limón, se aromatiza con un chorrito de "fil'e feru", el aguardiente tradicional sardo.
Estos deliciosos zeppole, tras ser fritos en abundante aceite y bañados en azúcar glas, necesitan un tiempo de reposo antes de ser servidos, preferiblemente, a temperatura ambiente.
Encontrarás las "is zippuas" en todas las pastelerías de Cerdeña, pero el consejo es que pruebe las caseras, cocinadas por tías, abuelas y madres: el sabor es inconfundible, único.
El "testi di tùrcu"--que literalmente significa "cabeza de turco"--es un postre de cuchara típico de Castelbuono de origen árabe, dotado de un sabor fuerte y delicioso. El plato consiste en finas capas de hojaldre frito que se alternan con una crema de leche aromatizada con limón y canela y que se completa con un espolvoreo de cacao.
Una especie de Tiramisú revisitado, fresco y ligero, perfecto para una tierra que incluso durante el Carnaval experimenta temperaturas suaves calentadas por el cálido sol de febrero.
