Islas Pitcairn, el país menos poblado del mundo y pionero en el voto igualitario
Estefanía Chamorro
Este archipiélago, perteneciente aún a la Corona Británica, es una de las pocas colonias que quedan en el mundo. Se localiza en el Pacífico y solo tiene medio centenar de ciudadanos que conforman el único asentamiento de este territorio. Aunque no cuenta con una soberanía como tal, a menudo se le conoce como el país con menos habitantes del planeta.
Si bien está compuesto por cuatro islas, solo la de Pitcairn está habitada, el resto, Oeno, Henderson y Ducie, no cuentan con asentamientos. Su capital, Adamstown, se encuentra en el primer territorio y es la única urbe del archipiélago. Su población se reduce a 56 personas repartidas en 9 familias y es, precisamente este censo tan bajo, el motivo por el que se le conoce como en país menos habitado del mundo. Aunque hay algo aún más curioso y es la procedencia de los antecesores de los pircairneses.
El resto es historia. En las décadas posteriores, el número de habitantes fluctuó enormemente a consecuencia del reducido espacio de la isla principal y sus recursos, pero sus actuales vecinos siguen siendo una mezcla de ingleses y tahitianos. Además de su particular historia y su excelente clima, las Islas Pitcairn presumen de ser el primer territorio del mundo donde el sufragio femenino fue aprobado con las mismas condiciones que el masculino, hecho ocurrido en 1838.
Las islas también gozan de una tierra fértil, fuente de la mayoría de ingresos para los locales. La agricultura, la pesca y la artesanía son los motores de un archipiélago que carece de helipuerto y cuya actividad comercial se ve limitada al uso de lanchas o a los turistas que visitan la zona. Otras de sus atracciones son los animales que habitan la zona, muchos de ellos protegidos, y la excelente miel que producen sus apicultores, la favorita de la Reina Isabel II y el Príncipe Carlos.