Publicado el 14/10/2022
¿Qué tienen en común la Torre Eiffel, la Torre de Pisa, el Palacio de Versalles, el Monte Rushmore y el Taj Mahal? Todos son monumentos famosos e icónicos que atraen a cientos de miles de visitantes cada año. Pero, ¿siempre han sido tan populares? Te invitamos a conocer la cara oculta detrás de estas emblemáticas atracciones.
Si has visitado alguna vez Pisa, seguro que te sacaste una foto en la que finges sostener la Torre Inclinada, símbolo de esta bella ciudad toscana. La pregunta más frecuente al contemplar este monumento es siempre la misma: "¿Cómo puede seguir en pie esta torre inclinada?". Pues bien, la respuesta ya no es un secreto. El icono de Pisa ha hecho de su debilidad la clave ganadora para conseguir mantenerse en pie desde 1173, año en que comenzó su construcción. De hecho, estudios recientes del suelo han revelado que el terreno blando sobre el que está construido el monumento ha permitido a la Torre soportar muchos terremotos, algunos de ellos muy violentos. Camillo Nuti, profesor de ingeniería civil en la Universidad de Roma III, confirma esta teoría. - © Shutterstock
El destino del símbolo por excelencia de París, la Torre Eiffel, no iba precisamente a ser tan glorioso como lo es hoy. La Torre se construyó en 1889 para la Exposición Universal, y en un principio, esta debía de ser destruida poco después del evento. Pero como todos sabemos, felizmente, los planes no salieron según lo previsto. Parece que, a pesar de las numerosas críticas, su innovadora arquitectura fascinó tanto a los parisinos que decidieron no desmantelarla. Y el resto es historia. Más de 2 millones de personas visitaron la Torre Eiffel sólo en año de su inauguración. Hoy en día, la Dama de Hierro sigue adornando la capital francesa desde hace ya más de un siglo, ocupando un lugar especial en el corazón de los parisinos y, en general, de los franceses y turistas de todo el mundo. - © Shutterstock
Roosevelt, Lincoln y los otros dos presidentes fundadores de los Estados Unidos contemplan con orgullo el territorio americano desde el Monte Rushmore, en el condado de Penington. Y a su vez estos son observados por miles de turistas deseosos de admirar estos rostros tallados en la roca de las Colinas Negras. Pero esta obra, creada en honor de los padres fundadores de Estados Unidos, no cuenta con la aprobación unánime de todos los estadounidenses. Para la comunidad lakota, este es un lugar sagrado y la construcción del monumento fue tachada de profanación. Sin embargo, cabe recordar que esta comunidad perdió este territorio tras la guerra contra el estado federal estadounidense entre 1876 y 1877. - © EASYVOYAGE
¿Quién no conoce el Palacio de Versalles? La antigua residencia de los reyes de Francia, situada a pocos kilómetros de París, atrae cada año a cientos de miles de turistas intrigados por su magnificencia arquitectónica y la historia del hombre que la construyó, Luis XIV, que no es otro que el Rey Sol.
No todo el mundo sabe que el palacio fue originalmente concebido como una simple residencia por el monarca Luis XIII, quién la utilizaba durante sus partidas de caza cuando no tenía tiempo de volver a París. Con el paso de los años, se fueron comprando los terrenos que lo rodeaban y sólo con la llegada de Luis XIV, el castillo de Versalles se transformaría en el maravilloso monumento que hoy conocemos.
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El Taj Mahal es el ejemplo perfecto de un elegante palacio indio hecho de mármol blanco. Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1983 y catalogado como una de las nuevas siete maravillas del mundo, el Taj Mahal es en realidad un monumento dedicado a un amor perdido. Su construcción comenzó en 1631, a petición del emperador mogol Shah Jahan, quien lo mandó levantar en memoria de su difunta esposa Mumtaz Mahal, que perdió la vida durante el nacimiento de su decimocuarto hijo. Fue en su lecho de muerte cuando su esposa hizo prometer al emperador que no volvería a casarse y que construiría un mausoleo en su memoria. El Taj Mahal, además de ser uno de los monumentos más bellos del mundo, representa el inmenso amor del emperador por su esposa. - © Shutterstock