Al estar localizado en la antigua urbe helenísticas de Hierápolis, además de las blancas piscinas que compones el Castillo de Algodón también encontrarás muchos elementos históricos y ruinas que visitar. De hecho, la ciudad alberga una gran necrópolis, un museo arqueológico, un impresionante teatro, ye incluso un templo dedicado al dios Apolo.
Las ciudades más cercanas son Selcuk y Kusadasi, pero también se puede acceder desde Antalya o Marmaris. Además, puedes aprovechar este viaje para visitar Éfeso, una increíble ciudad antigua con una rica historia que va desde la Grecia clásica hasta el imperio romano, y que también cuenta con plazas, baños y ruinas monumentales.
La primavera y el otoño son las mejores épocas para visitar Pamukkale, ya que hace calor y llueve muy poco, y es menos turística que en los meses de verano.
A sólo cinco minutos de las cascadas petrificadas, encontrarás la Piscina de Cleopatra en la que como su nombre indica, se bañaba la célebre reina de Egipto. No hay duda de que deberías dirigirte a este lugar para disfrutar de un buen baño, pero si no puede imaginar un viaje a Turquía sin un paseo en globo aerostático, no ye preocupe porque también puede hacerlo en Pamukkale, y eso en cualquier momento del día, a diferencia de lo que ocurre en Capadocia, donde sólo es posible hacerlo al amanecer.
Y si te gustan las emociones fuertes, también podrás hacer parapente, una experiencia bastante sorprendente que te permitirá admirar sus bonitos paisajes a vista de pájaro.
Pero aunque haya muchas cosas que hacer que hacer en este lugar, el principal atractivo de esta región son las piscinas termales, que van desde los travertinos con sus aguas azul turquesa, a las más claras y tranquilas de la piscina antigua.
El lugar es muy bonito y está rodeado de palmeras, lo que lo convierte en un sitio ideal para un relajante día de spa. Sea cual sea la experiencia que elijas, asegúrate de meter en la maleta el traje de baño y de disfrutar de los momentos felices que ofrece Turquía.