Parte del encanto de Toledo está en que, aunque es una ciudad con mucho que visitar y disfrutar, también se puede recorrer en un solo día si no dispones de mucho tiempo.
Publicado el 29/12/2016
Toledo es una ciudad con mucho encanto que está a tan solo hora y media de Madrid. Accesible tanto en coche como en transporte público, visitarla y conocer sus rincones es perfecto para descansar de la urbe.
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Parte del encanto de Toledo está en que, aunque es una ciudad con mucho que visitar y disfrutar, también se puede recorrer en un solo día si no dispones de mucho tiempo.
Partiendo de la Plaza de Zocodover, el mejor itinerario que se puede hacer para que dé tiempo a todo es ir al Museo de Santa Cruz, donde convergen el Hospital de Santa Cruz y el Convento de Santa Fe. Es un espacio cultural donde tienen lugar exposiciones de arte, fotografía sobre todo. Dentro del Museo se puede admirar una cristalera desde donde hay una vista panorámica espectacular del Paseo del Miradero, el Palacio de Congresos y el río Tajo.
Después de recorrer este museo, puedes ir a reponer fuerzas al Alcázar, donde hay numerosos bares, terrazas (si es verano) y lugares donde puedes tomarte un buen tentempié antes de continuar la visita.
Antes de comer, puedes seguir tu recorrido hacia la majestuosa Catedral de Toledo, de un estilo gótico que deja sin aliento por su magnificencia. La verdad es que podrías estar horas admirándola, tanto por dentro como por fuera, con su órgano, todos los murales y cuadros, la arquitectura? pero si no tienes tiempo y solo vas a estar un día en esta ciudad, no puedes irte sin ver la joya de la corona.
Antes de ir a comer, puedes visitar también la Plaza del Ayuntamiento. Además, la calle que va desde la Catedral hasta el Ayuntamiento está llena de souvenirs y de encanto, por lo que puedes hacerte con una postal, un dedal, o lo que prefieras llevarte de recuerdo antes de llegar a la Plaza del Ayuntamiento.
Hora de comer. Hay muchísimas opciones, bares, restaurantes? La calle del Alfiletero está repleta de sitios donde comer, y luego se puede descansar en el interior de los claustros que pertenecen a la Universidad de Castilla La Mancha. Además, si vamos aquí por la calle del Alfiletero, dejamos a la izquierda el convento de San Pedro Mártir, otro edificio que sin duda merece mucho la pena ver.
Para la tarde hemos dejado algo que caracteriza mucho a Toledo: la convergencia de culturas. En Toledo convivieron muchos años cristianos, judíos y moros, y los vestigios aún se pueden observar. Para seguir el itinerario, se puede recorrer el barrio de la Judería hasta la Plaza del Salvador y el Archivo Municipal, de estilo contemporáneo, pero con una peculiaridad: tiene integrados en su estructura restos arqueológicos que se descubrieron durante la rehabilitación de la Iglesia de San Marcos. Tampoco pueden pasar desapercibidos los conventos, aunque muchos de ellos son de clausura y solo se puede acceder al interior en Semana Santa y con visitas guiadas.
Y llegando ya al anochecer, podemos ir al Parador de Turismo, situado en uno de los cerros a las afueras de la ciudad, tomar algo en una terraza y observar có mo los últimos rayos de sol van cayendo sobre esta bella ciudad.