Pequeño país desconocido de África negra, Burkina Faso propone una naturaleza salvaje propicia a los safaris y sus ciudades albergan habitantes muy hospitalarios. Las construcciones son de tierra, madera o paja según las etnias y sus costumbres,. El país vive al ritmo de los eventos culturales a lo largo del año. Le concede un importante lugar a las artes y tradiciones, muy presentes y representados por un artesanado abundante, en especial todo lo que se refiere a las máscaras burkinabesas. Lejos de las dos grandes ciudades que son Ouagadougou y Bobo-Dioulasso, el interior del país conserva sus tradicionales y auténticos pueblos. Entre picos rocosos y misteriosos grabados rupestres, bosques sagrados, impresionantes cascadas, pueblos de tierra roja y pueblos trogloditas, Burkina Faso es una invitación hacia el corazón de África auténtica.