Peshawar, capital de la provincia fronteriza del noroeste, es la ciudad de los pashtunes, que van peinados con sus voluminosos turbantes verdes, vestidos con pantalones bombachos y la cartuchera al hombro. Durante años, la ciudad que servía de retaguardia a los muyaidines afganos, era una encrucijada de intrigas por la que pasaban los representantes de las organizaciones humanitarias, los políticos, los traficantes de armas, los periodistas, los consejeros militares así como las policías secretas pakistaní y americana El Khyber bazaar es, sin duda, el barrio más popular y el más animado, en el que las tiendas y los cafés lindan con pequeños hoteles y puestos de mercaderes ambulantes. En el interior de la ciudad antigua, más allá del barrio de los joyeros, el Shinwari Plaza es un complejo de pequeños puestos en el que se encuentran las joyas más bellas de Afganistán, magníficas antigüedades y bordados. Peshawar es el punto de partida para una excursión hacia el Khyber Pass, uno de los puertos más famosos del mundo, por donde pasaron los persas y las tropas de Alejandro Magno.