Panamá se extiende entre América del Norte y del Sur. Sus tierras son fronterizas con Costa Rica y Colombia. Por el país cruza la famosa carretera panamericana que empieza en Alaska y termina al sur de Chile. En un principio, se creó para representar una ruta única. Sin embargo, se ha diseñado gracias a la unión de diferentes carreteras. Hoy en día, faltan algunas piezas del puzle para poder recorrerla de una vez. Los parques nacionales que debe cruzas son un freno al loro de la red, especialmente la región de Darien. Es de hecho en esa zona en la que se encuentran los grupos rebeldes colombianos, entre ellos las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
A parte de esta carretera mítica, Panamá también es conocido por su canal. Este hace la unión entre el océano Pacífico y el océano Atlántico. Esta separación de dos continentes permite a los parcos queno tener que ir hasta el Cap Horn para atravesar los dos océanos. ¡El trayecto se acorta mucho! El proyecto nació en el siglo XVI pero la construcción empezó bastante más tarde. Una vez todos los trabajos acabaron, se abrieron las puertas en 1914. Después, su éxito solo creció. Cada año, más de 14000 barcos pasan por ese camino de 77 km. Le viene bien tanto a los barcos cruceros como a los cargos. El canal perteneció a los americanos pero luego pasó a Panamá. Sin embargo, aún se considera como una vía de agua interior para los EEUU, lo que da a los barcos americanos la prioridad sobre los otros. Si queréis echarle un vistazo, el pasaje marítimo más frecuentado del mundo se encuentra en el noreste de la ciudad de Panamá.
Panama City, la capital, es una ciudad muy moderna y comercial. Se extiende sobre 106 km a lo largo de la costa Pacífica. El barrio de San Felipe Casco Viejo, reagrupa a los edificios más bellos de la época colonial: la plaza Bolivar, el Palacion presidencial y el Museo histórico de Panamá. Al este de la ciudad, visitaremos las ruinas del Viejo Panamá, vestigios de la primera ciudad fundada por los españoles. Para bailar salsa por la noche, hay que ir del lado de San Felipe y de la Vía España.
Rodeada de volcanes dominados por el Baru, numerosos parques naturales, Panamá es también un destino de aventura deportiva (surf), cultural y festiva. Su carnaval, que dura una semana entera, reagrupa las cabalgatas alucinantes y sorprendentes disfraces. Una de las tradiciones más conocidas. Durante el desfile, los culecos entran en acción, con una música de fondo con mucho ritmo y un público totalmente entregado.
Pese a ser desconocido en cuanto a destino costero, Panamá ofrece inmensas playas de arena blanca, bordeadas por una vegetación exuberante. El país tiene más de 3000 kilómetros de costas. A lo que hay que añadir más de 1500 islas ¡paradisíacas!
El reino de las compras libres de impuestos. De Panamá puedes traerte material hifi, videos, ropas... a precio de saldo. El recuerdo tradicional que puedes elegir es el mola, una preciosa tela pintada por las mujeres de la tribu indígena de los kuna. Pequeño y barato: unos 5 USD. El resto de la artesanía local se compone de máscaras de madera y de cerámica de la península de Azuero. Las tiendas abren a partir de las 08:30-09:00 hasta las 19:00, todos los días salvo el domingo pero los horarios son distintos dependiendo del lugar.
El plato nacional del país es el sancocho, un ragú de pollo picante con verduras. La sopa vieja es un plato de ternera picante que se sirve con arroz. En la costa se puede saborear un excelente marisco. A menudo va acompañado de una salsa de coco. En la calle se consumen empanadas de carne y de postre, plátanos maduros, plátanos fritos en mantequilla espolvoreados con azúcar de caña. Las chichas son suculentos zumos de frutas con algo de agua. Para desestresarse, encontramos varias cervezas locales. La más conocida se llama Balboa. Pero la Presidente y Atlas también son marcas muy conocidas por todo el país. Los adeptos al alcohol fuerte, pueden degustar el Secco Herrenano, esta bebida está fabricada gracias a la caña de azúcar. Lo que hará una bebida muy dulce, ¡pero muy fuerte!
Las fiestas forman parte de la forma de vida panameña. hay un folclore muy presente y rico como el Típico, en el centro de Panamá. Engloba un estilo de músicas, cocinas, bailes y trajes. Merece la pena descubrirlo en los numerosos festivales que se organizan. La música y la danza están muy presentes. Se pueden citar los bailes nacionales de la mejorana, el punto y el tamborito. Para esta ocasión las bailarinas lucen la pollera, un traje tradicional que se lleva en las distintas fiestas.
Imprescindible en Panamá, el Carnaval se celebra en 5 días donde todo el país se para. Pero el apogeo de esta fiesta es el gran desfile organizado el día Martes de Carnaval. Os aconsejamos asistir a la Panamá para este periodo mágico.
La pequeña ciudad de Portobelo es igualmente conocida por sus festividades, y particularmente el 21 de octubre de cada año. El lugar es un encuentro de peregrinaje para los que quieren acudir a la procesión del Cristo Negro. Esta estatua, instalada en la iglesia de San Felipe, es el origen de varios milagros. Evitar ir si tenéis agorafobia, este evento agrupa a decenas de miles de personas.
Panamá tiene mucho donde elegir: playas sublimes en el mar Caribe, paisaje hotelero discreto proponiendo un largo abanico de placeres, excursiones hacia la capital o el interior para no dejar de lado la diversidad del país.
Los amantes de la fiesta no se podrán perder el Carnaval de Panama City o de la península de Azuero que tiene lugar en febrero, cuatro días antes del Miércoles de Ceniza: ¡una locura!
Cuidado, los Indios Kunas no aprecian que les hagan fotos, preguntadles antes de hacer click! Los podréis encontrar si vais a las islas San Blas entre otras. Este territorio, llamado igualmente la comarca Kuna Yala, es autónoma desde 1925, fecha en la cual se terminó la revolución cuna. El archipiélago junta 378 islotes, del lado del mar Caribe, al noreste del Istmo de Panamá. Las islas están dispersas en una superficie de casi 300 kilómetros. Los habitantes viven esencialmente de la caza y la pesca. La nuez de coco también es habitual. El archipiélago San Blas es un paraíso para los amantes de la arena y del fondo del mar. Es un paraíso para las tortugas, los peces de todo tipo, las rayas, los cangrejos gigantes... Para acceder a este mundo aparte, el medio más rápido es el avión directo desde Panama city, el vuelo solo dura 20 minutos.