La capital de Perú, Lima, es la ciudad más poblada del país, con 9,5 millones de habitantes, lo que se traduce en un 30% del total de la población peruana. A pesar de su peso administrativo, a nivel turístico puede que hayas oído que Lima no es uno de los grandes fuertes del país. Cierto es que cuesta ser competencia de Cuzco o Machu Picchu, y aunque quizá merezca menos tiempo para ser visitada, la capital del país inca merece ser descubierta, porque si sabes dónde ir, no te defraudará. Además, seguramente tu vuelo te deje en esta ciudad, por lo que, aunque sólo sea por eso, merece que le des una oportunidad. Para ir abriendo boca te adelantamos que en la plaza de Armas se conservan bellas moradas coloniales del siglo XVI como la casa de Jarava. En el barrio de Miraflores se encuentra el Museo del Oro, que conserva una increíble colección de objetos, joyas, armas, ropas... descubiertos en las tumbas indias. Y el barrio de Barranco, en la costa, es el lugar ideal para los bohemios y noctámbulos.
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En tu visita a Lima, no te puede faltar un tour turístico por el centro, que bien podría comenzar en la plaza San Martín (o Bolívar) y continuar por una de las principales calles comerciales de la capital, Jirón Junín. Al final te toparás con la Plaza de Armas, la más bella de la ciudad, y que reúne algunos de los principales puntos de interés: la Catedral de Lima, el Palacio de Gobierno del Perú, el Palacio Municipal de Lima, la iglesia del Sagrario, el Palacio Arzobispal y el Club de la Unión. Se caracteriza por sus hermosos edificios coloniales de un singular color amarillo y particulares balcones de madera tallada. Su belleza es tal, que está considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1991. A continuación, por su cercanía, te recomendamos que visites la Casa de la Literatura Peruana, donde podrás ojear algún libro, visitar la exposición del momento, y admirar la hermosa vidriera de su interior. Después de comer, nada mejor que bajar la comida con un agradable paseo por el Parque de la Reserva. Desde 2006, es también conocido como Circuito Mágico del Agua, ya que desde entonces alberga un complejo de trece fuentes. Ideal para ser visitado en verano, ya que algunas de las fuentes son interactivas y es muy probable que termines empapado. Si te acercas por la noche, podrás contemplar además un espectáculo de luces y colores que compondrán imágenes que se proyectan sobre una pared de agua en movimiento al son de la música. Otra alternativa que te proponemos para ver atardecer en Lima es desde la costa de Miraflores. El Parque del Amor, o la terraza del centro comercial Larcomar es una ubicación ideal para contemplar la puesta de sol con las mejores vistas de la costa limeña y del océano Pacífico. Para la noche, te sugerimos un paseo por el barrio de Barranco, el más bohemio y alternativo de la ciudad. Sus casas coloniales de colores, sus bares y terrazas llenos de encanto, sus restaurantes típicos y su ambiente cargado de buena onda te enamorarán. Tampoco te puedes ir sin visitar la playa de la Herradura, en el distrito de Chorrillos, ya que ofrece a diario uno de los espectáculos más originales: el Salto del Fraile. Es tan simple e insólito como que al atardecer, cada hora, un hombre vestido de fraile se arroja al mar desde un acantilado. El sentido de esta práctica es rendir homenaje a una trágica historia de amor del s.XIX entre dos nobles, Francisco y Clara, que al verse en estado de buena esperanza fueron separados. Él obligado a ordenarse fraile dominico, y ella a partir de viaje. En la despedida, el joven roto por la tristeza decidió saltar al mar, gesto que fue copiado por la joven desde el barco.
Además de la Plaza de Armas, que abarca algunos de los principales puntos de interés de la ciudad, como la Catedral de Lima o el Palacio de Gobierno del Perú, tampoco te puedes perder la Casa de la Literatura Peruana, el Circuito Mágico del Agua, el barrio de Barranco, el Salto del Fraile desde la playa de la Herradura (distrito de Chorrillos), las plazas San Martín y Miguel Grao, las ruinas de Pachacamac (a unos kilómetros de la capital)y para finalizar el atardecer desde el Cristo del Pacífico o desde el Parque del Amor en el distrito de Miraflores.
La panorámica desde el Cristo del Pacífico es inmejorable. Tanto la costa de Lima iluminada como algunos de los barrios periféricos edificados sobre las laderas de los cerros se pueden contemplar perfectamente desde este punto. Sin duda un enclave aislado donde se respira soledad y que invita a la reflexión y a la meditación. Sin duda se puede convertir en un punto de inflexión tanto de tu viaje a Lima, como de tu viaje de vida.
Como decimos, Lima es la ciudad más grande del Perú, y ello es debido a los muchos barrios periféricos que se han ido anexionando en torno a la ciudad. Por lo que cualquier zona que se aleje del centro y de los barrios residenciales aledaños al mismo (Miraflores, San Isidro, Barranco, San Borja, La Molina...) es peligrosa, especialmente para los extranjeros, a los que su físico y acento les suele delatar. Recomendamos evitar especialmente los barrios ubicados en cerros. No obstante, en cualquier punto de la ciudad hay que tener muy vigilados la cartera, el móvil y la cámara, porque en cualquier momento son susceptibles de ser extraídos. Merecen especial atención durante los trayectos en transporte público.
La gastronomía peruana es especialmente sabrosa y amplia, y además es en los últimos años cuando comienza a emerger y a hacerse famosa más allá de sus fronteras. A estas alturas, ¿quién no ha oído hablar del ceviche? Es más, ¿quién osa no probarlo? Es el plato típico por excelencia, el más exportado. No obstante, es considerado como patrimonio cultural del país. Consta de una base marinada de pescado, marisco, o ambos (mixto) en aliño de lima (que allí denominan limón) e incluso limón (para ellos lima), en cuyo ácido las carnes se cocinan. Este aliño también puede incluir ají (chile), en dependencia de la capacidad de cada uno para tolerar el picante, así como cilantro y cebolla morada muy picada. Se suele acompañar con una guarnición de raíces hervidas como el camote o la yuca. Pero la carta peruana no se limita a este plato. Algunas de las otras exquisiteces que ofrece el país y que no puede dejar de probar son: el lomo saltado, el rocoto relleno, el ají de gallina, la papa a la huancaína o con salsa ocopa, la causa de pollo o atún, sopa seca con carapulcra, la papa rellena, o el delicioso chicharrón de pescado acompañado de yuca frita y salsa de mayonesa, ¡imprescindible! Para los paladares más atrevidos, Perú también ofrece una selección de platos tan típicos como exóticos: anticuchos (pinchos de corazón de vaca hechos a la barbacoa), cuy asado (roedor similar al conejillo de indias) y el suri (un gusano muy apreciado en la selva amazónica peruana). La bebida que no puede faltar es la dulce chicha morada. Originaria de la región andina del Perú, su base principal es el maíz culli o ckolli, que es una variedad que se cultiva ampliamente en la cordillera de los Andes. Para los foráneos no suele ser un sabor muy apreciado, por lo que en su defecto te recomendamos la popular Inca Kola, la versión peruana de la soda por antonomasia. En este caso es de un intenso color amarillo y de sabor muy dulce. Su ingrediente principal es el aroma de la planta hierba luisa, aunque su fórmula original es un absoluto secreto. ¡No te puedes ir sin probarla! De postre no podrás dejar de comer los tradicionales picarones, unos dulces fritos bañados en miel que te harán la boca agua.
No sabrás qué elegir entre tantos posibles suvenires que llevarte de Perú, por lo que te recomendamos que los compres todos en el mismo puesto y pidas una razonable oferta. Hay para todos los gustos: joyería de alpaca, bisutería elaborada con semillas del amazonas, accesorios elaborados con la vistosa manta andina, mochilas y bolsos de cuero, figuras de llamas, zampoñas, ocarinas de cerámica decoradas con motivos incas, tejeduría, pinturas, muñecas andinas, cruces incas, un tumi (antiguo cuchillo ceremonial que hoy en día se emplea como elemento decorativo)... y sin duda, sin lo que no te puedes ir es sin el típico chullo. Es un gorro de invierno de estilo andino, fácilmente identificable por sus características orejeras. Están hechos de lana de vicuña, alpaca, llama u oveja, de las cuales también se elaboran fulares y jerséis. Como recuerdo gastronómico no te puede faltar sal rosada de las salinas de Maras, recolectada a nada menos que 10.000 pies bajo las montañas andinas, una botella de Pisco, para poder elaborar en tu casa los tradicionales pisco sour, y una bolsa de caramelos de coca, un remedio natural popular para el contrarrestar el mal de altura que se sufre en la zona de Machu Picchu. Aunque seguramente no los necesites en tu lugar de origen, siempre es un gusto paladearlos, ya que son un sabor dulce, y serán toda una anécdota que regalar a tu amigos y familiares (no dan problema en los aeropuertos, ni siquiera en los más restrictivos como los de los Estados Unidos).