Ubicadas en el a miles de kilómetros de las costas europeas, las Islas de la Sociedad son un auténtico paraíso de ultramar en el que el aburrimiento no tiene cabida. Su fama como destino de luna de miel y de aniversario de bodas es conocida en el mundo entero, siendo el lugar ideal para relajarse y disfrutar de las aguas azul turquesa de las islas más populares como Tahití o Bora Bora. Pero también se puede optar por descubrir las numerosas islas que componen el archipiélago de las Sociedad. Este es uno de los cinco archipiélagos que forman la Polinesia Francesa está dividido en dos grupos: las Islas de Barlovento, compuestas entre otras por Tahití y Moorea, y las Islas de Sotavento, constituidas por las famosas Bora Bora y Tupai. En estas islas el interior es igual de impresionante que el mar cristalino que las rodea. Prepárate para disfrutar de excursiones en plena naturaleza, para bañarte en exóticas cascadas y para hacer picnics cual Robinsón frente disfrutando de una espléndida puesta de sol.
La gente solo conoce Tahití y Bora Bora, las dos estrellas de la Polinesia con sus extensiones de arena blanca, sus aguas cristalinas y sus hoteles sobre pilotes. Pero aunque solo se hable de estas dos, hay otras 12 islas menos conocidas y, por tanto, menos turísticas, aunque igual de bonitas. Una excursión de un día puede ser una buena alternativa para conocerlas.
En Tahití y Bora Bora hay varios establecimientos de lujo, pero también puedes optar por un hotel más sencillo o por una habitación en una vivienda típica en cualquiera de las islas del archipiélago.
Si eres de los que no les gusta estar quietos, aquí no te aburrirás. Tanto en invierno como en verano, playa o montaña, las opciones son múltiples: excursiones por una naturaleza grandiosa, baños en cascadas, paseos a caballo o en quad y, por supuesto, submarinismo en unos fondos marinos que parecen irreales de lo bonitos que son.
No te puedes perder Papeete. Tiene unas casas coloniales preciosas y muchas tiendas, así como un mercado con puestos que venden productos de las distintas culturas locales, que sin duda despertará tu lado consumista.
Las galerías de arte y los curios (tiendas de artesanía local) de Tahití, Moorea y Bora Bora venden productos de excelente calidad. No te olvides de visitar el mercado central de Papeete, que tiene la mayor diversidad de tiendas de artesanía local.
Las estatuillas de madera tallada, copias de tikis o de guerreros, están directamente inspiradas en el arte polinesio. Los mejores souvenirs que te puedes llevar son los objetos decorativos y las joyas de nácar; los collares de conchas, reflejos de la tradición de hospitalidad tahitiana, las conchas de colección que encontrarás en Papeete, desde las más comunes a las más exóticas; los aceites y cosméticos a base de monoï (perfumes de flores y coco); los famosos sombreros de mimbre, trenzados con hojas de cocotero o de pandáneo; los pareos, rectángulos de tela impresos con los motivos tradicionales y que las mujeres se anudan de mil maneras (los más bonitos se encuentran en las tiendas especializadas del centro de Papeete). También puedes llevarte vainilla (aproximadamente 1 euro una rama). Te recomendamos que la compres en la cooperativa de vainilla Hotutea, cerca del pueblo de Afareaitu, en Moorea. Por último, si tienes un flechazo por una perla negra, tanto si está montada en una joya o no, debes saber que hay para todos los presupuestos y que en Tahití, la relación calidad-precio es inigualable. Pide la opinión de un especialista antes de comprarla. Si lo que quieres es una "ganga", busca las perlas redondas de categoría B o C (a partir de 130 euros). Calcula aproximadamente 20 euros por una perla de categoría inferior.
Las tiendas abren de 7:30 a 17:00 de lunes a sábado.
La gran especialidad de Polinesia es el pescado crudo, macerado en zumo de lima y bañado con leche de coco. Otros platos deliciosos: brochetas de mahi mahi o de pez espada, langosta a la vainilla de las islas, el varo (un crustáceo alargado con mucho sabor), las chevrettes (gambas de agua dulce) sazonadas con curry o con salsa americana. Un gran momento gastronómico que no te puedes perder: el tamaaraa, banquete tradicional tahitiano, que organizan regularmente los hoteles. Los alimentos, recubiertos con hojas de plátano, sacos de yute y de arena, se cuecen durante 3 o 4 horas en un horno excavado en la tierra. La comida, que se deshace deliciosamente en la boca, se compone de lechón, pollo, pescado, fafa (hojas de taro), uru (fruto del árbol del pan), fei (plátanos rojos) y poe (postre elaborado con papaya cocida y triturada con leche de coco). Las frutas exóticas se llevan la palma: los pomelos, las limas pequeñas, los plátanos, las piñas, los mangos de portainjertos, los aguacates y otros melones tienen un sabor incomparable. También puedes probar algún restaurante francés de excelente calidad. Te recomendamos que pidas carne, queso y vino, tan variados como en Europa. En lo que respecta a los restaurantes chinos, muy abundantes en Polinesia, son de los mejores del mundo.
Un lugar famoso por su cocina tradicional y familiar es "Chez Pauline", el hotel más antiguo de Moorea, situado en el pueblo de Afareaitu. Se trata de un establecimiento con mucho encanto, en una preciosa casa de estilo colonial.
Una mención especial para el hotel Tiki Théâtre Village, en Moorea, un hotel distinto a los demás, un verdadero concentrado de tradiciones polinesias. Se trata de una fiel reconstrucción de un pueblo de antes, con salidas en piragua, pesca en la barrera de coral, banquetes tahitianos, tamures endiablados, y sobre todo las famosas bodas polinesias...para los aficionados.
La región de Polinesia francesa ofrece un marco excepcional para los viajes de novios. De hecho, los turoperadores son conscientes de su gran popularidad y siendo bastante frecuentes los paquetes con descuentos y promociones dirigidos a los recién casados. Buena parte de los hoteles proponen un alojamiento típico en bungalows de distintas categorías, los cuales van desde un práctico 3 estrellas hasta un lujoso 5 estrellas.
Tahití, Moorea y Bora Bora, las tres islas más codiciadas del archipiélago, son muy diferentes entre sí. La mejor manera de sacarles el máximo partido durante tu viaje es alojarte en la playa, en un crucero o en una estancia combinada. Unos diez días (viaje incluido) es el tiempo mínimo para este destino.
Si sueñas con unas vacaciones 100% polinesas, la mejor opción es alojarse en una casa particular. Seguramente acabes durmiendo en un fare con tejado vegetal junto a una laguna. Es la mejor manera de vivir la vida tahitiana.
En cuanto al tiempo, debes saber que la estación cálida (de noviembre a marzo) se corresponde con el período de las lluvias. La mejor época para viajar es entre mayo y octubre. Entre todas las actividades náuticas propuestas por los grandes hoteles, no te puedes perder el mini crucero en velero (generalmente en catamarán) por el día o al final de la tarde para ver la puesta de sol. No hay una manera mejor de contemplar las maravillosas vistas insulares. También puedes alquilar un velero con o sin patrón.