A la sombra del campanario de la iglesia de Notre Dame, la Capilla Real deberá copar toda tu atención ya que es el único edificio religioso de estilo barroco en el centro de Gdansk. De noche, está especialmente bien iluminada, su fachada pastel dominada por una cúpula de cobre verde claro crea una atmósfera digna de un cuento de hadas.

El exterior se ha renovado de manera excelsa, pero si acudes durante el día recuerda empujar la pesada puerta lateral y descubrirás un agradable patio con una estructura de madera original. Algo que no te esperas desde la calle y que, por otro lado, es particularmente típico en esta región.

La construcción de esta iglesia se emprendió en 1678 bajo la orden de Juan III Sobieski para albergar a los últimos católicos. De hecho, en este período, la mayoría de los habitantes de Gdansk se estaban convirtiendo al protestantismo y habían, de paso, sitiado sus lugares de culto. Es la obra de un constructor de Gdansk, Barthela Ranisch, quien continuó los planes del arquitecto real Tyman Gameren.