Viajes a Portugal: Extensas playas y cocina tradicional

El país del sur de Europa, balanceado a ritmos de fado, tiene numerosos sitios por descubrir. Con inviernos dulces y veranos cálidos, hacer turismo siempre es agradable. Se puede viajar a Portugal tanto en invierno como en verano. Los portugueses son conocidos por sus cálidos y buenos recibimientos a todos los turistas. Por otra parte, poseen una cocina excelente que siempre se acompaña del vino perfecto. Prepararos para comer verdaderamente bien.

Puedes llevarte de tu estancia numerosos souvenirs culinarios. Además de su famoso bacalao, Portugal tiene muchos alimentos que ofrecer. Cada región posee sus especialidades. El país, que es uno de los más viejos de Europa, mezcla astutamente sus playas y su cultura. Después de una estancia en Portugal puedes querer quedarte fácilmente en una de sus espectaculares calas, emplazamientos culturales o históricos. Su capital, Lisboa, posee ese toque encantador que atrae a los visitantes. Con sus 160 km de costa en el Algarve, la zona se convierte en un enclave perfecto para el ocio y el golf. Durante la estancia es interesante, si se dispone de tiempo, visitar las playas de Setúbal y Comporta. Los viajeros más deportistas no deben perderse las olas del municipio de Cascais, situado al oeste de Lisboa.

No muy lejos de la capital es interesante visitar el magnífico Palacio Nacional de la Pena, en Sintra. Está situado en un parque repleto de vegetación. Cambiamos de ciudad para dirigirnos a Porto. Dominada por el río Duero, esta bonita ciudad del norte es distinta a Lisboa. Es absolutamente de visita obligada el viejo barrio de Ribeira y sus casas de colores. En la otra parte del Duero, se puede descubrir la historia de su célebre aperitivo y probar sus cavas del barrio de Vila Nova de Gaia. Uno de los itinerarios que hay que realizar es el de navegar por el Duero ya que merece realmente la pena.

Aquellos viajeros amantes de la naturaleza que quieran conocer paisajes más salvajes deben dirigirse a la región de Alentejo. La zona no está todavía invadida por turistas, por este motivo, todavía mantiene su encanto natural intacto. Se pueden visitar yacimientos paleolíticos y ciudades Patrimonio Mundial de la UNESCO. Los amantes de realizar actividades al aire libre encontraran en esta zona la oportunidad para hacerlas. En los paseos y excursiones que se organicen se puede encontrar abundante fauna y flora.

Además de todo esto, en Portugal se pueden encontrar también espléndidos archipiélagos. De origen volcánico, se consideran un tesoro para los amantes de la botánica. Las Azores han sabido preservar su naturaleza como sucede en Madeira, donde los paisajes son un verdadero placer tanto para el cuerpo como para el espíritu. Estos dos archipiélagos se prestan a hacer senderismo. Esto se debe a su maravillosa fauna y flora. El clima oceánico y las temperaturas templadas durante todo el año favorecen el desarrollo de una flora exuberante. Pero no sólo esto, sino que ambos archipiélagos poseen un patrimonio cultural e histórico de gran importancia.

Portugal es un destino que está bien comunicado por numerosas compañías aéreas low cost. Esto facilita su llegada y convierte en inútil la idea de llegar hasta ella en coche. El destino es bueno para realizar escapadas de algunos días pero también estancias de más tiempo. Para aprovecharlo mejor es recomendable alquilar un coche. De esta manera, se pueden conocer de manera más fácil las diferentes regiones portuguesas: El Algarve, Alentejo, la costa, etc. Otra ventaja de este destino es el coste de la vida. Comer a buen precio es posible en Portugal ya que te puedes encontrar una comida en un restaurante con estrellas por 30 euros. Otro punto importante, las compras. Lisboa es una ciudad donde puede encontrarse moda a precios asequibles. También hay que pasarse por las tiendas de creadores portugueses. Es así como se pueden llegar a encontrar zapatos o guantes de calidad. Por esto, si se va a tener tiempo para ir de compras, el consejo es ir con una maleta vacía y llenarla a lo largo del viaje con las compras. Lisboa es una ciudad perfecta para hacer compras.

Además de los restaurantes convencionales que aparecen en las guías, Portugal está muy de moda por sus locales clandestinos. Muchos jardines o casas han sido reconvertidos en sitios de reuniones de amigos donde se come muy bien. Si se encuentra alguno de ellos se vivirá el viaje como un auténtico portugués.

Con respecto a los amantes del deporte, aquellos a los que les gusta el golf, se dan cita en el Algarve. Por otra parte, los que practican kite surf, surf y windsurf tienen que acudir a la costa Atlántica y al norte de Lisboa.

Los portugueses son un pueblo divertido, festivo y desenfadado. Tienen una cultura religiosa muy arraigada y prueba de ello es que existe mucha tradición con las profesiones religiosas llamadas Romerías. Éstas son muy seguidas por los fieles. En ellas se suele conmemorar al santo patrón de la ciudad y las más importantes se celebran en la región de Minho. La ceremonia religiosa consiste en llevar en procesión un cirio hasta el santuario donde los fieles van acompañados de una estatua de un santo. Tras estas celebraciones se pasa a las fiestas profanas. En ellas se incluye comida, danzas folclóricas y fuegos artificiales.

Con respecto a su lengua, a los portugueses les gusta que el turista les intente hablar en portugués porque así se les demuestra el interés por su cultura. Por otra parte, son muy corteses. Normalmente cuando no se conocen utilizan las fórmulas senhor, senhora o vôce, esta última de menor categoría. Con respecto a su carácter son mediterráneos, por lo que son cálidos, amigables y amables, así que eso facilitará el periplo al país.

La gastronomía portuguesa es rica y variada. Está considerada como una de las más eclécticas del mundo gracias a su multiplicidad de influencias: morisca, italiana, africana e india. Portugal fue uno de los países pioneros de la colecta de especias por la Ruta de las Indias, y es por esto que se utilizan muchas en platos de la cocina local. Una comida típica portuguesa empieza con una ensalada o sopa como entrante para continuar después con un plato de carne o pescado. En el norte, el potaje típico es el caldo verde con patatas y col acompañado a veces de chorizo. El pescado emblemático de Portugal es el bacalao en todas sus variantes, que son muchas. Otros pescados que también son muy consumidos son el lenguado, la raya, el calamar, el atún y las sardinas. Se suelen comer generalmente asadas, en ragú, caldereta o bullabesa. La carne se consume menos aunque algunas como el cerdo gustan bastante.

El plato más típico viene de la región de Alentejo. Se llama carne de cerdo alentejada hecha a partir de filete de cerdo cocido con especias como cilantro, manteca de cerdo, bayas de cebolla roja, ajo y aceite de oliva. Se suele preparar estofado con almejas. Otro alimento que consumen son las salchichas y las famosas tripas de Porto. Y por supuesto toda comida no sería perfecta sin el postre. Los portugueses son amantes de las pastelerías y de sus dulces. Cada región posee sus tesoros culinarios. Muchos postres se hacen a base de frutas como higos o frutos secos como las almendras. Además, suelen llevar especias y canela. Hay que citar los célebres y deliciosos Pastéis de Belem. Y por último la bebida. Sus vinos están muy reconocidos en todo el mundo, sobre todo los tintos. Dos de sus vinos más célebres son el de Porto y el Madeira.

Las artesanías tradicionales están muy desarrolladas en Portugal. El objeto más emblemático es, sin duda, el azulejo, que es un colorido mosaico de piedra pulida. Siempre de color azul, los famosos azulejos ensamblan enormes frescos que cubren las paredes de muchos edificios en todo el país.Si Portugal es conocida como "país azul" primero por el océano y por el cielo siempre azul, es también y sobre todo gracias a este arte "Azulejaria" que se encuentra de norte a sur. Ten en cuenta que este arte tiene su propio museo en Lisboa. La región del Alentejo es considerada una de las regiones más grandes del arte de Portugal. Los muebles de madera, alfombras, esculturas o artesanías de corcho es un ejemplo de lo que puedes traer como recuerdo de Portugal, claro, si te ¡queda espacio en la maleta! La isla de Madeira es justamente considerada como un semillero de bordados y encajes, así como de la cestería. Sin embargo, estas tres artesanías también están presentes en otras regiones del país.