Si vas a viajar a Portugal, Oporto, la segunda ciudad del país, es de parada obligatoria, pese a no estar tan codiciada como la hermosa Lisboa. Y sin embargo, la ciudad no es que carezca de atractivos, sino que además los podrás descubrir a pie ya que el centro es de tamaño razonable. Nos gusta deambular por las callejuelas pavimentadas, entrar en las iglesias barrocas, pasear por los jardines y a orillas del río o ir de compras por las tiendas vintage ultra modernas. Es un destino ideal para hacer un viaje de fin de semana, gustará tanto a las parejas en busca de un par de días románticos como a los amigos en busca de unas vacaciones.
Una visita guiada de la Casa da Música, diseñada por Rem Koolhaas. Se ha convertido en un símbolo cultural y arquitectónico de Oporto, y le muestra al público sus salones más importantes, como el famoso auditorio principal.
Una visita a la casa modernista, al museo y un paseo por los jardines de la Fundación de Serralves.
Un crucero en barco típico por el Duero.
Una sesión de compras por el barrio Miguel Bombarda. Hay muchas tiendas y centros comerciales de moda, como el CCB (Centro Comercial Bombarda).
Un recorrido por el bullicioso mercado de Bolhão y su amplia oferta de pescado, marisco, embutido, aceitunas, flores...
Las fachadas coloridas de los edificios. Algunas tienen carteles hechos de azulejos azules y blancos.
Los antiguos barrios de Oporto en los que verás tiendas tradicionales: ultramarinos, antiguas librerías (como la famosa «Lello»), cafés (Guarany y Majestic), etc.
Las numerosas iglesias (Clerigos, Carmes, Carmel, San Francisco...) repartidas por los cuatro puntos de la ciudad.
Las antiguas administraciones rehabilitadas, como el tribunal y la cárcel transformados en museo de la fotografía.
Cambia los tacones por un buen calzado plano. Como el centro es de tamaño razonable, todo se hace a pie.
Al igual que harías en todas las grandes ciudades, ten cuidado con los carteristas y evita no pasear solo por la zona de la catedral. De todas maneras, Oporto no es una ciudad peligrosa.
Oporto tiene muchos restaurantes, entre los que se encuentra uno que ha sido galardonado con una estrella en la famosa Guía Roja Michelin. Tienes que comer o cenar a orillas del Duero, aquí encontrarás pequeños establecimientos de muy buena calidad.
No te pierdas la amplia variedad de especialidades locales: tripas al estilo de Oporto (tripas de ternera acompañadas de judías), bacalao al estilo Gomes de Sá (patatas, bacalao, huevos y jamón), pescado fresco en verano (sardinas asadas, así como dorada y pescadilla), cordero asado, sopa de pan o arroz de marisco y pulpo con arroz.
¡No podrás irte sin comprar una botella del famoso brebaje del mismo nombre! Recuerda envolverla cuidadosamente y meterla en la maleta que vayas a facturar. En cuanto a la gastronomía, no te olvides de comprar una o varias botellas de aceite de oliva de la región del Duero y queso de oveja Serra.
Los comercios venden objetos de corcho (paraguas, monederos, etc.), cerámica, azulejos y lino bordado (manteles sobre todo), pero también ropa y objetos decorativos ultra modernos.