Tierra de leyendas y de criaturas mitológicas, la cultura popular escocesa goza de una fuerte influencia de las civilizaciones celtas y escandinavas, siendo el célebre monstruo del Lago Ness, cuya supuesta existencia ha dado pie a todo tipo de especulaciones, el mejor ejemplo de este legado, y al mismo tiempo une excelente reclamo para atraer a miles de turistas venidos de todas las partes del planeta. Además de esta misteriosa criatura, Escocia es también famosa por la belleza de sus paisajes y sus ricos recursos naturales. Una de las especies autóctonas más conocidas (y temidas) son los "midges", una especie de mosquito que habita únicamente en las zonas no contaminadas del planeta, cuya picadura supone un verdadero calvario para los viajeros menos afortunados.
Las islas de Shetland, así como las Orcadas y las Hébridas, constituyen una etapa imprescindible para descubrir Escocia. Si sólo vas a visitar una, elige la isla de Skye. Es fácil acceder a ella (existe un puente que la une a la costa escocesa) y encontrarás paisajes espectaculares. Sus acantilados de la costa oriental están cortados por una cascada impresionante; sus mesetas están recortadas por riscos volcánicos y sus pueblos de techos de pizarra tienen un aspecto de lo más típico. Intenta hacer noche allí: así disfrutarás de una puesta de sol y un amanecer excepcionales si hace bueno.
Los amantes de la naturaleza encontrarán en las zonas montañosas de Escocia un excelente lugar el que practicar senderismo, siendo la ruta que rodea el Pico de Ben Nevis, situado a 1344 metros de altitud, una de las más populares entre los habitantes y visitantes por los lagos y castillos que pueden apreciarse a lo largo del camino. Además de las Highlands, el lago de Lomon, rodeado de un de las mayores zonas de vegetación del mundo, y las históricas fortificaciones militares de Culzean Castle y Stirling, cuya batalla es relatada en la Braveheart de Mel Gibson, encabezan el apartado de lugares de interés turístico de Escocia.
Si por el contrario andar no es lo vuestro o el tiempo tampoco lo permite, uno siempre puede decantarse por realizar otro tipo de rutas como la del whisky, o perderse por las históricas calles de Edimburgo y Glasgow, habitualmente cubiertas por un manto de neblina que les confiere un aspecto romántico a la par que misterioso. Y es que Escocia ofrece al viajero un decorado único, que ha servido como escenario de múltiples producciones cinematográficas de fama mundial como Harry Potter, James Bond o Highlander.
Si no consigues encontrarte con los fantasmas de la ciudad de Fort-William ni con el monstruo del Loch Ness, no te preocupes. En su defecto, tendrás la posibilidad de conocer a los escoceses, un acogedor pueblo que disfruta a lo grande de la cerveza. El único problema que encontrarás con ellos es el idioma, ya que a pesar de que hablan la lengua inglesa, los escoceses son conocidos en el mundo entero por su marcado acento, que en muchas ocasiones, incluso para quienes dominan la lengua de Shakespeare, es difícil de entender.
Aprovisiónate de especialidades gastronómicas: whisky, licor de whisky, salmón ahumado, caramelos, pastas y pasteles de pasas y de whisky. También hay ropa de calidad confeccionada con tweed y tartán, jerseys de tejido shetland y joyas artesanales de plata y piedras semipreciosas. Las tiendas abren de 09:00 a 17:30 entre semana.
Escocia, a diferencia de Inglaterra, posee una gastronomía de gran calidad. Su salmón, conocido en el mundo entero, sus carne, sus vinos y como no, su wisky, te harán disfrutar a lo grande. La gran especialidad de la cocina escocesa es el haggis: tripas de cordero rellenas con el corazón, los pulmones y el corazón del animal, acompañadas de puré de nabos y patatas. ¡Toda una delicia!
Del mismo modo, las carnes de caza, especialmente la de perdiz, faisán y ciervo, son muy apreciadas en Escocia, en gran medida por la gran tradición cazadora existente en el país. En cuanto a los pescados, mariscos y crustáceos, estos son consumidos durante todo acompañados de una gran variedad de salsas. Algunos de sus platos de pescado más destacados son el bacalao ahumado y el fish and chips al más típico estilo inglés.
En cuanto a las bebidas, como todo el mundo sabe, el whisky es la bebida nacional. Según cuentan, este brebaje es ideal para acompañar un buen queso de oveja. Si te ofrecen el drambuie, un licor de whisky, no dudes en probarlo, te encantará.
Las islas Shetland han conservado la tradición de la fiesta del fuego, heredada de la cultura escandinava. Esta fiesta se celebra anualmente el último martes de Enero, simbolizando en una especie de procesión vikinga, el final del periodo navideño. Durante la noche, los figurantes portan antorchas y estandartes que representan drakkars. Se trata de una ceremonia centenaria que ha resistido sin cambio alguno al paso de los siglos.
Escocia es también tierra de festivales. Edimburgo acoge anualmente durante tres semanas en agosto uno de los festivales más grandes del mundo dedicado a la música, el teatro, la danza y la comedia.
Los escoceses tienen un gran espíritu deportivo y adoran el rugby. Si tienes la oportunidad, no dudes en disfrutar del torneo de las 6 naciones en compañía de estos fervientes seguidores. Además del rugby, en Escocia son muy populares las pruebas físicas como el lanzamiento de troncos o el juego de la soga. Podrás ver como compiten de esta forma tan original durante los Highland Games del mes de mayo. Estos juegos son una verdadera institución desde el año 1820.
Si eres aficionado a la caza, el periodo para practicar esta actividad en Escocia va desde el 12 de agosto al 20 de octubre.
En cuanto a las lluvias y el mal tiempo, te pueden sorprender en cualquier momento ya que están repartidos durante todo el año. Por esta razón no debes olvidar echar en la maleta un paraguas o un chubasquero con independencia de la temporada en la que viajes. El verano no tiene porqué ser la mejor temporada para viajar al país, ya que la temperatura media durante los meses estivales es de sólo 13° C y además, es la temporada de los mosquitos (midges), los cuales suelen atacar en grandes enjambres.
No te obsesiones con el lago Ness y su mítico por su monstruo, también puedes visitar otros como el lago Lomond, situado en el sudeste de Escocia.
Los escoceses son conocidos en el mundo entero por tener una mala relación con sus vecinos ingleses, a pesar de estar unidos por la lengua y por formar parte de Gran Bretaña. En cuanto al idioma, te será más difícil comprender a los escoceses por su fuerte acento que a cualquier ciudadano del resto de países del Reino Unido.