Esta reserva natural con una rica flora conservada en medio de tierras áridas, ofrece una excursión que combina cultura, deporte y ocio. En las laderas del desierto de Judea, al borde del
Mar Muerto, ofrece numerosos senderos para los excursionistas de todos los niveles. Estos caminos conducen a la cascada Shulamit, a la cueva Dudaim en el curso del Nahal David, al manantial Ein Gedim, a las cataratas de Hidden y a otros numerosos rinconcitos de paraíso. Los más deportistas podrán intentar subir esta roca que conduce a una meseta con unas vistas excepcionales al Mar Muerto. Abajo, las ruinas de una antigua sinagoga utilizada entre los siglo II y VI harán las delicias de los amantes de las viejas piedras.