Audaz, misteriosa, Nápoles esconde unas leyendas que te cortarán la respiración. ¿Conoces la historia de Pergolesi que se había hecho profesor de música de la joven marquesa Spinelli? Pues resulta que los dos se enamoraron, pero la joven marquesa tenía que casarse con otro hombre, o hacerse monja. Así que optó por la segunda opción y murió de tristeza. La leyenda cuenta que Pergolesi fue a ver a las monjas y les pidió esperar un día antes de sepultar a la marquesa para escribir una pieza de música. Pudo tocar en el entierro, pero él también moriría de tristeza poco después.
También en el Palacio de la familia Spinelli, otra marquesa con mal carácter volvía loco a su marido. Este último le pidió a su mujer si podía ir a la guerra y ella le respondió que le daba igual y, justo en ese momento, vio como la mirada de su esposo se cruzaba con la de la criada Bianca. Así que decidió matar a Bianca e hizo que le echasen cemento encima, de modo que quedó incrustada en la pared. La leyenda cuenta que Bianca, que permanece en las paredes del Palacio, viene a advertir a la familia tres días antes de que se produzca un acontecimiento. Hay otra leyenda relacionada con la iglesia principal Santa Maria Maggiore Pietra Santa (piedra santa) que cuentan los napolitanos. Hacia el siglo 4, este lugar, constituido de residuos, estaba habitado por un cerdo. La población tenía miedo de este último y lo asociaba al demonio. El obispo de Nápoles vino entonces a celebrar una misa para espantarlo. La noche siguiente, se le apareció la virgen y le dijo que buscase en el lugar una tela azul, una piedra blanca (la piedra santa) y que le construyese una iglesia. Tras haber construido la iglesia, el demonio se fue pero, cada año, el sacerdote tenía que ofrecerle al obispo de Nápoles un cerdo. Esta tradición duró hasta el siglo XVII.