Pompeya nació en el año 79 d.C. y existió durante cientos de años antes de ser sepultada bajo la lava de la erupción volcánica del Vesubio. Las excavaciones empezaron aproximadamente en 1890 después de que un granjero descubriese un objeto bajo la tierra. Estas permitieron descubrir la superposición de varias construcciones, de las que se sabe que las primeras eran romanas. En aquella época, Pompeya tenía una población de 10 000 habitantes. 500 murieron durante la erupción, mientras que los demás pudieron refugiarse en Nápoles en las 18 horas siguientes al dramático suceso. Fue el primer sitio que invadió la lava, incluso antes que Herculano, que sin embargo era la ciudad más cercana al Vesubio. La lava recubrió todo pero, paradójicamente, permitió conservar todos los materiales. Muchos habitantes fueron sorprendidos por la lava, que les obligó a permanecer en la posición en la que se encontraban. La lava conservó su forma aunque su cuerpo se descompuso en el interior. Por eso puedes descubrir a algunas personas sepultadas mientras dormían o incluso mientras se daban un abrazo.
También se encontraron esqueletos debajo de la lava. Los arqueólogos tienden a pensar que serían los de ladrones después de la erupción volcánica y que habrían muerto tras la erupción por la emanación de gas tóxico.