Es la primera ciudad de Europa central frecuentada por los turistas. Todo el año y de todos los países nos cruzamos con "vecinos" de la Unión Europea (alemanes, británicos, franceses), además de australianos, japoneses y canadienses. Si no hablas checo, encontrarás a alguien que hable inglés. Es útil para conseguir indicaciones o charlar un rato; a medida que avance la conversación te darás cuenta de que tu interlocutor es de origen argelino o vietnamita. Así que ya lo sabes: ¡ponte las pilas con los idiomas cuando plabnifiques tu viaje a Praga!. Hay muchas comunidades presentes en Praga, entre otras procedentes de Europa, de África o de Asia.
Al tratarse de una capital, totalmente renovada desde el final del comunismo, Praga sigue siendo, con su 1,2 millón de habitantes, una ciudad de tamaño ideal. Perocambia rápido. Los que la han visitado hace sólo cinco años no la reconocerán. Nuevas tiendas, fachadas totalmente renovadas (sus adornos góticos, barrocos, neorrenacentistas o Art Nouveau se han renovado, restaurado, se han vuelto a pintar o a dorar): Actualmente, Praga es tal vez más bella que en laépoca de su esplendor, durante el reinado de Carlos IV.
Alójate en el distrito 1 (Praha 1), que se extiende a ambos lados delrío Vltava: el lado de la Plaza Venceslas para la animación, y el lado de Mala Strana para latranquilidad. Además, perderás tiempo en los transportes y a menos que quieras vivir Praga como los praguenses, te perderás un entorno pintoresco(vías rápidas u obras al alcance del hotel). Para un fin de semana, alójate en un palacio (unos 300 euros por noche), y si no es posible,en un buen 3 ó 4 estrellas (unos 100 euros la noche); o un 2 estrellas, pero en el centro de la ciudad (desde 50 euros por noche).
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El recorrido comienza a pie del puente Carlos, del lado del Casco Antiguo. El barco, una embarcación de fondo llano climatizada en invierno y descubierta en verano, suelta amarras cuando está llena de turistas. No tendrás que esperar más de 30 ó 45 minutos. Luego se sigue el río hasta la Pequeña Venecia, un canal acondicionado en el lado de Mala Strana. Una media hora de navegación por 300 ks, unos 12 euros. De noche resulta todavía más mágico.
Un parque con una mini torre Eiffel, una biblioteca en un convento declarado (Strahov), el Castillo y su catedral, calles históricas que bajan hacia el puente Carlos... Estos dos barrios contiguos (Hradcany y Mala Strana) tienen el encanto del Montmartre parisino y del Hampstead londinense. Y como todo esto se encarama en la ladera de una colina, al alejarnos de la línea del tranvía (a la altura del río), nos alejamos también de los turistas.
En la medida de lo posible... Algunas compañías de bajo coste que vuelan a Praga son especialistas en perder las maletas facturadas de sus pasajeros. Viendo la duración media de estancia, en el mejor de los casos la recuperarás a tu retorno. Para evitar reabastecer tu armario in situ (no es buena idea ya que la ropa es cara), lleva un equipaje ligero con sólo una maleta de mano.
Evita también las multas: los billetes (de metro, de tranvía, de autobús) se compran en los hoteles o en los quioscos de periódicos.
Lee bien la carta en una cafetería o restaurante: si las tarifas no incluyen el servicio, te corresponderá a ti (no al camarero) añadirlo a la cuenta (en torno al 15%). Si la carta indica que el servicio se añadirá al importe del pedido, ya no debes pagarlo dos veces. Además, los precios ya son bastante elevados por sí solos.
Recuerda que algunos restaurantes practican el suplemento "cubierto" al estilo italiano, obligatorio y más caro por la noche que al mediodía.
es el svickova: trozos de carne de buey servidos con una salsa untuosa de zanahorias y nata, con knedliky como acompañamiento (trozos de masa de pan cocida al vapor); mermelada de arándanos y un poco de crema batida como condimento. Prueba también el pato a la bohemiana, servido asado con col roja, y la sopa de patata, copiosa pero famosa. Un lugar recomendado para probar estas especialidades: Kamenny Stul, en la plaza del Casco Antiguo, pero en el subsuelo (el café restaurante de la planta baja es demasiado turístico).
Para comprar marionetas en una de las calles más pintorescas de Praga, ve a una de las tiendecitas de la calle de Oro. Cuando las tiendas están abiertas, la entrada a esta calle es de pago (50 ks por persona, 1,80 euros), pero el interior -minúsculo- de estas casas, es digno de ver.
En cuanto al cristal de Bohemia, evita los comercios muy turísticos del barrio judío. Te saldrá más caro que en el Casco Antiguo o en los alrededores de la Plaza Venceslas.