República Dominicana sabe como proteger su patrimonio natural. Su fauna y flora prosperan en los parques naturales vigilados. Para los deportistas, muchas excursiones te pueden hacer descubrir la naturaleza de la isla, la mayoría de los hoteles ofrecen este servicio.
La República Dominicana dispone de 1.550 km de costas y 600 km de playas de fina arena, brillantes y dulces: el paraíso de los adeptos al baño! Pero el triunfo de la isla radica sobretodo en la diversidad de sus costas, sacudidas por el océano Atlántico en el norte y mecidas por el mar del Caribe en el sur. Punta Cana es la playa más célebre del país. Una postal muy efectiva donde tres colores dominan: el blanco de la arena, el azul celeste y el turquesa de sus aguas.
La República dominicana se limita a una sucesión de playas de ensueño y posee también un patrimonio natural excepcional. Los espacios protegidos representan el 20 % del territorio nacional. Los parques nacionales abudan. Protegen numerosas especies de aves y de reptiles, a la imagen del parque nacional de Enriquillo, la reserva más importante de cocodrilos del mundo. La flora se caracteriza por una gran exuberancia.
El brillo solar del país es indiscutible, no podemos decir lo mismo sobre su radiación cultural. La lista de los artistas y los intelectuales dominicanos no es muy extensa. Además de la pintura y el merengue, que ocupan un lugar importante, la República dominicana no puede ser considerada como un destino cultural propiamente dicho.
Centenas de kilómetros de arena fina, unas veces blanca, y otras dorada, donde ondean las aguas translúcidas que se despliegan sobre las costas del país, bordeadas por islas e islotes de encanto incomparable. Cocoteros, palmeras, verdes colinas, o vegetación tropical más seca completan el cuadro. Orgullo de los dominicanos, estas riquezas naturales atrajeron el sobrenombre de las ciudades costeras. Pero a pesar de la afluencia turística, las islas y las playas de Santo Domingo son ineludibles, a condición de evitar las horas de punta!
Los viajeros y los aficionados a los monumentos deben obligatoriamente ir a Santo Domingo. Su centro histórico, fabulosa zona colonial catalogada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, tiene más de 300 monumentos antiguos, la mayoría de más alrededor de 500 años.
Las aguas de la República Dominicana, un verdadero santuario para los fanáticos del submarinismo, ofrecen magníficos arrecifes de coral, así como restos de galeones españoles encallados hace 5 siglos. Los submarinistas están invitados a visitar las cuevas submarinas, sus peces multicolores, meros, barracudas, sus delfines y toda la riqueza de sus colores y de sus corales. Los lugares más importantes para practicar submarinismo se encuentran en Sosua, Río San Juan, Las Terrenas, Cofresi, Montecristi y, en la costa este, La Caleta, Bayahibe y Punta Cana.
Destino de ocio por excelencia, la República Dominicana ofrece una gran cantidad de actividades al aire libre en un entorno tropical paradisíaco: campos de golf de renombre mundial, spots de kite-surf, windsurf y surf en Cabarete, en la costa norte, conocidos mundialmente, paracaídas ascensional en Punta Cana, pesca a la cacea en alta mar, paseos a caballo por las playas o excursiones en los parques nacionales, por impresionantes cataratas. La variedad es muy amplia: elige, ¡hay para todos los gustos y edades!
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