Se trata de un enorme edificio cruciforme construido en hormigón armado, bastante feo, de 310 metros de largo por 44 metros de ancho y 33 metros de alto.

Ocupa el lugar exacto donde se fundó la ciudad en 1496, sobre una colina en el centro del parque del Mirador del Este, en la zona oriental de la ciudad.

Financiado por los países de América latina, costó varios millones de dólares y no es del gusto de todos.

Hay que solicitar previamente una autorización para acceder a la parte superior del edificio, que ofrece un magnífico panorama de la ciudad, el río y el mar.

Los supuestos restos del gran navegante reposan bajo la atenta vigilancia de los militares.

Las pruebas de ADN de los huesos hallados en la catedral de Sevilla confirman que el descubridor de América está efectivamente enterrado en Sevilla.