La estación balnearia de Juan Dolio, situada en la costa del Caribe, a un centenar de kilómetros de Santo Domingo, tiene menos atractivo que Punta Cana, el paraíso dominicano de los europeos. Aquí las playas están lejos de atraer a los turistas y el color del mar está muy lejos del azul turquesa. El único interés de Juan Dolio, aparte de sus hoteles de relativo buen precio y algunas tiendas, es sin duda la proximidad de la capital.
El lugar es propicio para las actividades deportivas terrestres (tenis, bicicleta) y náuticas, desde el submarinismo al esquí náutico pasando por la vela. Para los amantes del golf, hay un magnífico campo de 18 hoyos (par 72), el Guavaberry, con una extensión de más de 6.500 metros que alternan pendientes suaves, greens ondulados y numerosos bunkers.
La excursión que más se suele ofrecer en Juan Dolio es, por supuesto, la visita a Santo Domingo, la capital de la isla, a su barrio colonial y a su trepidante vida nocturna... Asimismo, también se puede visitar el encantador pueblo de Bayahibe y la isla de Saona, un pequeño paraíso en la tierra.
Una maleta estival: ropa ligera de algodón, calzado abierto, shorts, blusas, camisetas... sin olvidar el bañador completado por prendas de abrigo y calzado deportivo para las escapadas a la montaña. Un chubasquero puede ser de utilidad durante la temporada de las lluvias (de mayo a julio).
Si pasas la estancia sin salir de los hoteles de Juan Dolio ?en su mayoría muy confortables? no podrás descubrir las riquezas de este destino turístico. Aprovecha la vía rápida (autopista), bien conservada, que conecta la capital con el resto de estaciones de la costa para ir, en coche o autobús, en busca de playas sublimes y del pueblo dominicano.
Rica y sazonada, la cocina dominicana es el fruto de influencias a su vez criollas, europeas y africanas. Las féculas (arroz, batatas, plátanos machos), los pescados y crustáceos y los frutos tropicales son los alimentos básicos. Los guisos (el mondogo, el sancocho), la carne de cabrito y el pescado cocido en leche de coco constituyen algunos ejemplos.
Joyas de ámbar (resina marrón solidificada), de larimar (piedra azulada), objetos de cuero, cestería, pinturas estilo naif, herencia de los indios Taínos, CD de merengue y de bachata, puros, vainilla líquida, mermelada, ron y café son los principales souvenirs que se pueden traer. Se encuentran por todas partes, especialmente en las playas y en los mercados locales.