Este pedacito de Francia ubicado en el corazón del océano Índico cuenta con todos los atractivos necesarios para conquistar a los amantes de la naturaleza. La Isla de todas las sensaciones vibra al ritmo de su imponente volcán activo, el pitón de la Fournaise, que culmina a nada menos que 2.632 metros de altitud. Su marcado carácter y una fuerte variedad paisajística y cultural hacen de La Reunión una isla única en el mundo. Y es que La Reunión no tiene nada comparable con otras islas francesas de cualquier otra parte del globo. Esta tierra volcánica cercana al continente africano siempre ha sido una tierra de mestizaje y de contrastes.
Descubierta por los europeos a principios del siglo XVI, no sería hasta 1646 cuando la isla recibiría a sus primeros ocupantes extranjeros, doce hombres desterrados de la vecina Madagascar que logran sobrevivir y se complacen viviendo en la isla que por consiguiente pasaría a formar parte de los intereses de la corona francesa. Bautizada en un principio con el nombre de Bourbon, la isla sirvió históricamente de refugio para piratas malgaches y africanos, siendo así mismo una tierra en la que la esclavitud se vio fuertemente arraigada, pasando posteriormente a ser una colonia inglesa (durante 5 años), y finalmente un importante puerto comercial para luego convertirse en una provincia de ultramar de soberanía francesa en 1946.
La isla de La Reunión siempre se ha caracterizado por presentar una fuerte diversidad cultural, revelándose como todo un ejemplo de tolerancia y mestizaje. Todas las religiones viven codo a codo, los templos se mezclan con las mezquitas y las iglesias en un clima sereno y realmente tranquilo. Este ambiente que no puede apreciarse en prácticamente ningún otro lugar en el mundo es una de las mejores bazas que ha impulsado a La Reunión como un potente destino turístico. No obstante, lo que realmente empuja a tantos turistas a visitar la isla y a volver a repetir, son los increíbles paisajes de la isla jardín que aúna imponentes volcanes, circos, acantilados, densas selva y generosas playas. Y es que tal es la riqueza natural de este departamento de ultramar que la isla figura dentro del listado del Patrimonio Mundial de la Unesco, ofreciendo a los viajeros un auténtico e impresionante espectáculo que cautivará a quienes aman la naturaleza.
Para descubrir sus interesantes dominios que continúan aumentando gracias a las erupciones volcánicas regulares del pitón de la Fournaise, una excelente opción es moverse entre Saint-Gilles y Saint-Philippe (zona de playa y costa), entre Saint-Paul y Saint-Denis (territorio de una frondosa y variada diversidad natural), y de Salazie a Cilaos, sin olvidarnos de Mafate y sus increíbles desniveles. No obstante, por encima de todos estos lugares, el pitón de la Fournaise, con su característica llanura de los Cafres y la llamada senda de los cráteres (accesible fuera de erupción), se impone como la gran atracción turística que cautiva a todos los visitantes. Para poder apreciar está joya de la naturaleza, el viajero puede decantarse por sobrevolarla a bordo de un helicóptero o bien un ultraligero para poder disfrutar de su escarpada geografía y su imponente cima en todo su esplendor, y la transformación de esta tras cada erupción volcánica.
A pesar de contar con unos generosos arenales, la isla de La Reunión no es un encuentra en sus playas uno de sus principales atractivos. No obstante, cabe destacar que este departamento de ultramar ofrece a locales y turistas unas generosas playas de arena blanca circundadas de aguas cristalinas en su costa oeste. Concretamente, estas están ubicadas en los alrededores de Saint-Gilles, siendo un fantástico lugar para darse un refrescante chapuzón en el mar en toda seguridad. De hecho, la mayoría de hoteles, resorts y alojamientos turísticos de la zona se encuentran prácticamente en primera línea de playa.
La Reunión es un destino ideal que aúna los placeres de la naturaleza y los paseos y rutas por entornos de gran riqueza natural con el ocio, el deporte y el descanso. Si las caminatas son la actividad más popular entre los visitantes, el barranquismo y el paramente son dos disciplinas muy desarrolladas y practicadas en la isla. Los recorridos para la práctica del senderismo extremo, perfectamente protegidas por barreras de seguridad, permiten a todos los públicos sin importar su edad o experiencia disfrutar de los generosos paisajes que ofrece la isla en total seguridad.
Desde hace algunos años, los ataques medianamente regulares de tiburones en su litoral, y más precisamente en la costa oeste de la isla, famosa por sus exóticas playas, supusieron una fuerte amenaza para el turismo local. No obstante, es importante saber que, para evitar cualquier ataque, las playas de La Reunión han sido reforzadas con redes y otras barreras que permiten disfrutar de sus cálidas aguas sin temor alguno.
En el resto de playas de La Reunión el baño está totalmente prohibido, así como las actividades náuticas. La imponente barrera coralina que atesora entre sus aguas se extiende sobre más de una docena de kilómetros, siendo esta laguna salada el lugar ideal para bañarse y practicar el submarinismo y así disfrutar de la colorida fauna marina que habita bajo su superficie. Bordeada de los característicos Casuarina equisetifolia (también conocido con el nombre de pino australiano, pino de París, árbol de la tristeza, casuarina cola de caballo), las playas de l'Ermitage, Salins-les-Bains y Saint Leu son un auténtico oasis de paz que hará las delicias de los viajeros. Y es que las playas de La Reunión tienen un encanto muy particular. En ellas es posible alternar entre dorar nuestros cuerpos al sol, disfrutar de una siesta a la sombra y de los pinos, o disfrutar de un agradable picnic en plena naturaleza, siendo está una práctica bastante común entre los locales durante los fines de semana. Hamacas instaladas entre los árboles, neveras repletas de sabrosos platos y en ocasiones música tradicional, son algunas de las características más destacadas de este pequeño ritual semanal, en un ambiente sumamente amistoso y acogedor en el que se reúnen todas las clases sociales disfrutando del azul turquesa del océano como telón de fondo. Este es la auténtica esencia de la isla de La Réunion.
En la Reunión, el mar no es el único lugar para bañarse, ya que las cascadas son un patio de recreo excelente para practicar actividades acuáticas, siendo además un lugar perfecto para disfrutar de una agradable comida campestre, así como para refrescarse debido a la temperaturas de sus aguas, notablemente más bajas que las de la costa. Entre los lugares más destacados se encuentran las cascadas del Niágara y El Biberón, los estanques de la Paz o el Mar así como otros numerosos rincones que el viajero podrá ir descubriendo a medida que explora su territorio.
Poco visitada, la capital de esta región de ultramar, Saint-Denis, está ubicada al norte de la isla. La mayoría de visitantes son hombres de negocios, aunque lo cierto es que su precioso centro histórico bien merece una visita.
Bordados de Cilaos, objetos de mimbre, ropa y manteles bordados de Madagascar, esencias perfumadas, mermeladas y rones... La artesanía de la Reunión seducirá a los que disfrutan con los recuerdos. Todas las oficinas de turismo ofertan un selección de productos de la zona. Visita también el mercado de Saint-Paul. Las tiendas abren de lunes a sábado, de 08:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00.
La comida de la Reunión es deliciosa, presentados como una sabrosa mezcla de influencias francesa, india, criolla y china. El plato más común es el cari: carne o pescado preparados con salsa de tomate, cebolla, ajo y cúrcuma. Esta especialidad se acompaña de arroz, de legumbres (lentejas o judías), de bredes (un tipo de espinacas), y de rougail (salsa con tomate, ajo, jengibre y cebolla). Los achards (verduras cortadas en trocitos con un toque picante) también se sirven con los platos.
En los llamados "Hauts", después de una larga caminata, es agradable encontrar mesas de huéspedes que sirven un cari o un reconfortante rougail de salchichas (guiso de salchichas un poco piante acompañadas con arroz). En la ciudad, también puedes comer barato, en uno de los puestos de comida rápida: samoussas (buñuelos fritos y especiados), bonbons piment (buñuelos con pimienta) o albóndigas de carne al estilo chino. En cuanto a las bebidas, puedes probar el rhum arrangé (tipo de ron), perfumado con especias, no te decepcionará. Si por el contrario no eres muy amigo de las bebidas espirituosas de alta graduación, no dudes en probar la cerveza local, la Dodo.
Por último en el aparatado de frutas, los aguacates y otros frutos tropicales como el mango crecen prácticamente a lo largo de toda la isla de forma salvaje en función de la estación de cada uno. Esto convierte a la fruta en uno de los ingredientes esenciales de la gastronomía local, en muchas ocasiones acompañado de pescado fresco comprado directamente en el puerto ya sea en carpaccio o entero.
En la isla de La Reunión existen tantas religiones como tradiciones y culturas diferentes. Las religiones más practicadas en este territorio de ultramar son el cristianismo, el hinduismo, el islam y el budismo, aunque cabe destacar que todas ellas acaban mezclándose con las tradiciones y cultos antiguos de la isla, algunos de ellos ligados a la brujería. A pesar de ello, la convivencia y el respeto por los otros permiten que cada fiel pueda practicar sus ritos, tradiciones y fiestas religiosas sin ningún problema.
Entre las costumbres más arraigadas en la isla destaca la pesca de los llamados bichiques (especies de pescados de pequeño tamaño) entre los meses de octubre y marzo, pero eso sí, ni se te ocurra quitarle los mejores lugares a los locales. Estos pequeños alevines son pescados en la desembocadura de los ríos, en donde descargan sus huevas. Al igual que en las Antillas Francesas, los combates de gallos, llamados batay-kok son muy populares.
Cuando se piensa en hacer un viaje a la isla de La Reunión es importante concienciarse de que la preparación no es la misma que en otros destinos de ultramar franceses como las Antillas galas o bien otros países del índico como Isla Mauricio. Así pues, entre las cosas que no pueden faltar en tu maleta destaca el calzado, un calzado adaptado para la práctica del senderismo (esencial), así como un cortaviento impermeable, un forro polar, un sombrero o gorra, una cantimplora, gafas de sol y crema solar. Y es que venir hasta La Reunión y no realizar caminatas en plena naturaleza, no visitar sus volcanes y los circos rocosos de Ciliaos, Mafate y Salazie, no tiene sentido alguno.
Los paisajes salvajes de La Reunión se prestan maravillosamente bien a la marcha en estas altitudes, aunque conviene saber que el tiempo es muy variable y que las temperaturas pueden bajar fuertemente de golpe. Aunque el día este nublado, es conveniente utilizar protección solar, ya que de lo contrario podremos lamentarlo.
No olvides reservar el alojamiento etapa por etapa en temporada alta, ya que debido a la fuerte demanda puedes verte obligado a pagar un precio notablemente mayor e incluso a arriesgarte a no tener donde quedarte.
Para estimar el presupuesto para comida de tu viaje, no debes olvide que en La Reunión el coste de la vida es mucho más elevado que en los territorios de la Francia metropolitana, por lo que comer en restaurantes locales o comprar algunos de los pollos que se venden en los márgenes de las carreteras son siempre una buena, económica y sabrosa opción.
.A la hora de darse un chapuzón en el mar procura seguir las instrucciones de las banderas y hacerlo en una de las siete playas autorizadas y vigiladas para ello, minimizando así el riesgo. Si por el contrario vas a bañarte en las cascadas, torrentes, ríos, lagunas o estanques, presta mucha atención a la subida del curso del agua y sobre todo evita el baño directamente después de una caminata, ya que las bajas temperaturas del agua puede causarte un corte de digestión.
Además de las caminatas por la naturaleza por los picos y circos de la isla, te recomendamos destinar una parte de tú presupuesto para la práctica de otras actividades de interés como la observación de ballenas, la práctica de paramente o los recorridos en helicóptero o ultraligero que te permitirán sacarle el máximo partido a tu viaje.