Destino balneario por excelencia, la región de Saint-Gilles se la asocia con la relajación en la playa y los deportes náuticos, en particular el submarinismo. Se puede pasar una semana pasando de la siesta a los baños en la laguna, yendo de compras por los mercados o las pequeñas tiendas típicas y dando garbeos nocturnos por los bares que hay a lo largo del frente marítimo.
Sin embargo, sería una lástima pasar una estancia en Saint-Gilles sin hacer algunas excursiones por los alrededores. Los amantes de la artesanía no deberán dejar de ir al mercado de Saint-Paul el viernes para descubrir todo lo que la Reunión puede ofrecer en materia de cestería, especias, telas y otros objetos fabricados tradicionalmente.
Los senderistas irán a caminar por los circos y los amantes de las sensaciones fuertes podrán sobrevolar la isla en helicóptero. Podrán ver los contrastes de la Reunión, con sus acusadas pendientes de hasta 3.000 m de desnivel.
Desde Saint-Gilles, también hay que ir a la playa de Hermitage (de las más bellas de los alrededores y, sin duda, también de la Reunión). A pesar de que sólo está situada a 3 km del centro de la estación, el acceso es difícil en temporada alta.
Y es que las dos vías de acceso a la misma no pueden absorber el enorme tráfico de la región. Esto produce atascos similares a los de las rondas de una gran ciudad en hora punta. Aquí la diferencia es que se suda, no se hace sonar el cláxon y la cortesía pasa por delante de las reglas de prioridad. En las congestionadas rotondas, por ejemplo, se deja pasar a los coches que vienen de los ramales de acceso. Y sobre todo, se hace gala de una serenidad genuinamente tropical, aunque tardemos entre 20 y 45 min en llegar a la orilla del mar.
Para descubrir los circos, la opción más espectacular consiste en dar una vuelta en helicóptero. Cuesta unos 200 euros. Los bolsillos menos pudientes optarán más bien por ir en coche y a pie. Se puede acceder al circo de Mafate desde el Maïdo, mirador situado a 1.800 m de altitud. Desde allí, un sendero desciende hasta el fondo del circo, hacia las isletas, pueblos colgados en las cimas erosionadas de antiguas chimeneas volcánicas.
La playa de Hermitage, al sur de Saint-Gilles. Es la más bella de la isla junto con la de Grande-Anse (a proximidad de Saint-Pierre). En Saint-Gilles mismo no hay mucho que ver aparte del mercado y de algunas tiendas (artesanía, decoración). Es mejor ir a Saint-Paul, o a Saint-Denis. Y en la capital, reserva tiempo para hacer un recorrido histórico a pie por las calles bordeadas de antiguas casas criollas catalogadas.
En la montaña, el tiempo sólo está despejado por la mañana temprano. A partir de las 10:00-11:00 se empiezan a formar nubes en las cimas. Este parasol natural hace bajar rápidamente la temperatura, por lo que hay que prever un jersey y anorak. No olvides tampoco que la temporada alta (de noviembre a marzo) no es la mejor época para visitar la isla: los hoteles están a tope, los precios son elevados y hay riesgo de ciclones.
El coche en las horas punta. Es imposible atravesar Saint-Gilles en menos de 30 min hasta las 10:00 de la mañana y desde las 16:00 hasta que cae la noche. La solución: un hotel a pie de playa para no preocuparse por los desplazamientos. Y para las excursiones, salir al amanecer o utilizar las carreteras secundarias (se tarda el doble de tiempo que por la nacional).
El rougail de salchichas. Está bueno en todas partes, incluso en los pequeños restaurantes de la costa, y es excelente en una de las mesas de prestigio de la estación. Por ejemplo, el restaurante gastronómico del hotel Boucan Canot, el de Saint-Alexis o el Orangine en las Villas du Lagon. Otras especialidades: pescado, marisco, ensalada de corazones de palmito. Y los achards, condimentos a base de legumbres a menudo muy especiadas.
Una botella de ron aromático (envejecido con vainilla, especias o frutas). Vainilla bourbon (en vaina o en forma de extracto). Confituras de frutos exóticos (piña, guayaba, litchis). Flores tropicales (embaladas en un embalaje especial, soportan sin problemas el viaje en avión). Para probar todos estos sabores incluso antes de ir allí, se puede visitar la web www.colipays.com.