Si te interesa mínimamente la historia, te pararás en Saint-Paul (preferentemente los viernes y sábados, para disfrutar también del mercado). Aunque solamente sea para visitar el cementerio marino, que cuenta mucho acerca del pasado de la isla. Te darás cuenta de que la isla ha sido durante mucho tiempo un refugio para los piratas al contemplar la tumba de Olivier Le Vasseur, llamado "La Buse". Y, de paso, echarás un vistazo a la "cueva de los primeros franceses", donde se podrían haber refugiado, en el siglo XVII, una docena de exiliados, desterrados de la factoría de Fort-Dauphin, en Madagascar.