El Volga, con sus 3.690 km, es el río más largo de Europa. Tras este inmenso recorrido, el río desemboca en el mar Caspio. El viajero quedará encantado al descubrir la diversidad de tierras soviéticas, entre un patrimonio cultural con una riqueza sin igual y unas estepas verdes para realizar excursiones, el exotismo está garantizado. El país de los zares hará las delicias de los fanáticos de la historia. En la ciudad de Tver podrán visitar la Catedral de la Transfiguración, colosal y magnífica. En Iroslav se erigen las cúpulas color esmeralda de la iglesia del Profeta Elías con suntuosos frescos murales impresionantes de ver. Los amantes de la naturaleza podrán disfrutar de los bosques de Kazán que se extienden por kilómetros y kilómetros o de la reserva de Rybinsk y sus paisajes polares. Un viaje al corazón del símbolo ruso será emocionante y enriquecedor y el turista no dejará de maravillarse con los testigos del tiempo pasado y sus edificios con una arquitectura única, una travesía inigualable por la región del Volga.
En la región del Volga no abundan las tiendas por lo que es mejor ir a Moscú o a San Petersburgo para ir de compras. En San Petersburgo hay muchas tiendas de ropa. Eke People, un pequeño salón de exposición muy moderno, presenta artículos de creadores internacionales y locales a precios razonables. Los amantes del vintage irán a Off donde encontrarán pequeños tesoros de confección soviética. En San Petersburgo es imprescindible visitar los mercados como Kouznetchny, el más famoso entre la población local donde se encuentran los mejores productos a un precio algo elevado. En Moscú también hay tiendas de todo tipo. Los amantes de la música estarán encantados de descubrir Soyouz, tiendas de discos que presentan novedades y catálogos completos para consultar. Lo mejor de todo es que se puede escuchar la música antes de comprarla. En cuanto a regalos para llevarse consigo en las dos ciudades hay mucho donde elegir, las tiendas de recuerdos son muy numerosas.
La cocina rusa es muy variada y su severo clima invita a la degustación de platos consistentes. La población rusa se enfrenta a inviernos interminables y por ello se alimenta esencialmente de pescado, aves de caza a menudo cocinadas en ragú, champiñones, bayas y miel. El cultivo de los cereales, centeno, trigo, cebada y mijo, es muy importante ya que se trata de los ingredientes básicos de una gran variedad de panes, sémola, crepes y bebidas como la cerveza o el vodka. Las especialidades rusas como la Solianka, una sopa de col, o el Seliodka pod shuboi, arenque recubierto de varias capas de verduras, son muy apreciadas tanto por la población local como por los turistas. Hay que saber que en Rusia los mejores platos son los que cocinan los propios locales. Es mejor no fiarse demasiado de los restaurantes que no siempre ofrecen una buena calidad y cuyos precios suelen ser desorbitados.
Para tener una visión general de la región del Volga lo mejor es hacer un crucero, muy apreciados por los turistas. Normalmente se realizan a partir del mes de mayo hasta finales de septiembre. El resto del tiempo, el Volga está helado y no se puede navegar por él. Para tomar el barco habrá que ir a la estación fluvial de Moscú, al norte de la capital, con una arquitectura estalinista que seguro te seducirá. Aquellos que tengan tiempo podrán visitar el jardín de flores y el pequeño bosque de los alrededores. Consejos prácticos: Todos los barcos de cruceros son parecidos por lo que hay que prestar atención al nombre del barco que debes tomar. A diez minutos de la estación fluvial hay una estación de metro para dirigirse al centro de Moscú es una media hora.