Castries fue construida en el siglo XVIII en el hueco de una rada rodeada de colinas y es la capital de la isla. En ella se mezclan edificios modernos y casas de madera. No subsiste nada más de las casas coloniales, ya que la ciudad ha sufrido grandes destrucciones por culpa de seísmos, ciclones e incendios. Castries no reviste gran interés, aparte del mercado diario que tiene lugar en una edificación de estructura metálica y su catedral del siglo XIX que cuenta con una bonita decoración interior. Castries es, sobre todo, un puerto de desembarco y un centro de compras para las masas de turistas que descienden regularmente de los grandes transatlánticos de crucero.