El sur de Santa Lucía, más salvaje y montañoso que el norte, es famoso por sus dos Pitons, el gran orgullo de la isla. Clasificados en el patrimonio mundial de la Unesco, dominan el paisaje de la costa del Caribe al sur de la pequeña ciudad de Soufrière y forman uno de los lugares más bonitos de las Pequeñas Antillas. Aquí, el número de hoteles es menor que en los alrededores de Rodney Bay y la mayoría de los establecimientos se esconden en una exuberante vegetación, en la ladera de la montaña. El aeropuerto internacional de Santa Lucía (Hewanorra) también se encuentra en el sur, en Vieux Fort.
Bañarse y holgazanear en la playa. Los más activos pueden practicar una amplia variedad de deportes acuáticos, pero también senderismo, quads, bicicletas de montaña, escalada... y otros tantos deportes terrestres.
Si hablamos de fiestas, no te puedes perder la «Friday Night» de Gros Islet. Todos los viernes noche de 21:00 a 02:00 de la madrugada, el centro de este pueblo de pescadores late al ritmo de la música caribeña. Déjate llevar por el desfile, bebe un ti'punch y baila por las calles al ritmo de calipso...
Santa Lucía no es el destino cultural por excelencia. Los franceses y los ingleses dejaron huellas de su ocupación de la isla, pero básicamente se limitan a la toponimia francesa y a la lengua inglesa. Pero no faltan argumentos para dar un hermoso paseo. El parque nacional de Pigeon Island, al norte de la isla, merece una visita aunque solo sea por sus playas, su ambiente distendido y la alegre animación que desprende los domingos. En cuanto a la naturaleza, tienes que ver las fuentes de azufre y las cascadas cercanas a los imprescindibles Pitons.
También podrás descubrir la flora y la fauna de las maravillosas junglas.
No olvides el lote esencial para los trópicos: protector solar y antimosquitos... a pesar de que puedes encontrarlo allí fácilmente.
Si vas a alquilar un coche (muy buena idea para descubrir la isla), debes saber que circulan por la izquierda y que las carreteras, en algunas zonas con bastantes curvas, son más bien estrechas. Algo no necesariamente evidente al principio.
Debes evitar la época de los ciclones (septiembre-noviembre). Globalmente, los meses del verano europeo (julio, agosto) son bastante lluviosos en Santa Lucía.
La cocina criolla local, no demasiado especiada, es excelente. Casi todos los restaurantes proponen «fresh catch of the day», el pescado del día, ¡y seguro que no te decepcionará! Y, por supuesto, las frutas tropicales y los grandes clásicos del Caribe para comer (accras, colombos, cristofina, fruto del árbol del pan...) y para beber (Ti'punch...). La mayoría de los hoteles ofrecen una amplia selección de cocina local e internacional.
En la maleta llévate algo para ponerle un toque picante a tus fiestas europeas. Las «peppersauces» son muy variadas en Santa Lucía, más o menos salpimentadas, desde un toque muy, muy fuerte a prácticamente dulce.
Algunos productos, especialmente los digitales, son más baratos en Santa Lucía que en Europa, pero para tener más variedad los habitantes de la isla van a Martinica.