El museo Vasa de Estocolmo debe su nombre a la nave real que se expone en el interior. El Vasa data del siglo XVII. En 1628, en su primer viaje zozobró de manera inexplicable. Trescientos treinta años más tarde, fue sacado del agua por un especialista de restos de barcos que lo había localizado. Una vez restaurado se convirtió en una pieza del museo. Actualmente, una multitud de visitantes se concentra ante el navío. El museo también presenta una colección de piezas pertenecientes al Vasa, testimonios del pasado. Una película que retrata su historia se proyecta varias veces al día en lenguas diferentes.