Cuna de la Cruz Roja, lugar de residencia de numerosas organizaciones internacionales, entre ellas la segunda oficina más grande de la ONU: Suiza. Tradicionalmente neutra política y militarmente, es reconocida en muchas ocasiones por la elaboración de proceso de paz a través del mundo.
Hay que tener en cuenta esta característica geopolítica a la hora de visitar Suiza puesto que tiene una grande parte de espíritu basada en los helvecios, una confederación de tribus celtas que poseía los valores en los que se ha cimentado la nación suiza. Esto se ve representado en la división de 4 regiones culturalmente diferentes, con 4 lenguas nacionales. Tres de esas lenguas son oficiales: el alemán, el francés y el italiano. La cuarta lengua es la llamada romanche y no es totalmente oficial. Podríamos decir que la cuna de la nación suiza no reposa sobre una identidad étnica, lingüística y cultural.
Para no perderse y saber qué lengua se habla en cada lugar, no hay que arriesgarse, hay que saber que el alemán es el idioma más hablado con 17 de entre 26 suizos. ¡Pero no penséis que el alemán es el mismo en todas las regiones en las que se habla! En Suiza nos encontramos con los dialectos, que son utilizados de manera muy común, por lo tanto está bien saber que sólo encontraremos alemán como tal en el norte y el centro de Suiza. En el oeste del país, sin embargo, llamada la Suiza romanda, encontramos la presencia del francés y sus derivados, hay cantones como los de Ginebra, Vaud, Jura o Neuchâtel que es incluso una lengua única. En los cantones de Friburgo, Valais y Berna es posible hablar francés y alemán. Si en cambio quieres mejorar tu italiano en Suiza, debes dirigirte hacia el sur del país, en el cantón de Tesino y en una parte del cantón de los Grisones. Si quieres mejorar el romanche, cuarta lengua en Suiza pero con un estatus diferente al resto de las lenguas oficiales, encontrarás a 60 000 persones con quien dialogar en el cantón de los Grisones.
Esta geografía lingüística no debe ser en ningún momento un freno para el descubrimiento del territorio suizo y sus inigualables paisajes. Si omitimos las llanuras del Rin y el Rhône, el conjunto del territorio de Suiza tiene un relieve particularmente marcado. Entre las colinas de la meseta et del Jura (que tienen una altura entre 1000 y 1600 metros) y los macizos alpinos, los amantes del senderismo en montaña no van a decepcionarse. Pero si de verdad quieres disfrutar de la alta montaña, lo mejor será que te dirijas hacia los cantones de Berna, Valais y Grisones donde se encuentran las principales cadenas montañosas y los picos superiores a 4000 metros.
Entre los numerosos objetos puedes comprar relojes, navajas suizas, joyas, chocolates, bordados y cajas de música. Las tiendas abren normalmente de 09:00 a 18:30 de lunes a viernes y hasta las 17:00 el sábado. En las principales ciudades, abren hasta las 21:00 el jueves pero algunas cierran los lunes por la mañana.
Cada región de Suiza tiene sus particularidades: fondue y "raclette" en la parte romanda; salchichas, asados y rösti (patatas salteadas) en la parte alemánica; carne de los Grisones (finas lonchas de de carne seca al aire) y especialidades italianas en Tesino. Por supuesto, la fondue, con queso gruyere y vacherin (especie de pasta de merengue y nata), es una institución nacional. Prueba también, las lonchas de carne al estilo de Zúrich (lonchas de ternera y de riñón en salsa de nata, vino blanco y champiñones) ; el papet vaudois (una salchicha con coles y papillas de patata y puerros); el Bölletünne (pastel de cebolla con tocino, nata, huevos y comino), etc. En su conjunto, la cocina suiza es muy rica en calorías, nada dietética pero buena para los que practican actividades deportivas de invierno o verano. Se come pronto (de 12:30 a 13:30 y de 18:30 a 21:00). En cuanto a las bebidas, Suiza produce vinos de gran calidad.
La Confederación helvética, con sus 23 cantones de diferentes tradiciones y costumbres, presume de un rico folclore, profundamente enraizado en su pasado. Sin embargo, no sabríamos reducirlo al cliché del aramailli suizo, "un edelweiss en la solapa", soplando alegremente en su trompa de los Alpes y cantando el Yodel. El mundo rural suizo conserva numerosas fiestas costumbristas y espectáculos populares ligados a las estaciones, que reflejan aún la relación del hombre con los trabajos del campo, como la siega y la vendimia. En un gran número de pueblos y aldeas, los mercados semanales ofrecen productos frescos de huertos cercanos que ponen de manifiesto la importancia de las tradiciones del campo. Desde el punto de vista cultural, Suiza es el país de Europa que concentra la mayor densidad de museos (más de 1.000), como el famoso Museo Suizo de Transportes en Lucerna, el Jardín botánico de Ginebra y el castillo medieval de Chillon. Cada año Suiza acoge cientos de festivales de música (clásica en Lucerna o Gstaad, jazz en Montreux y Berna). En el marco internacional, Suiza es conocida por su inquebrantable neutralidad. Para su defensa, tiene uno de los ejércitos mejor entrenados del mundo. Aunque también mantiene numerosas organizaciones que trabajan por la paz, como la Cruz Roja, fundada por el filántropo y humanista suizo Henri Dunant en 1863.
No dudéis en ir a pasar un fin de semana a Suiza, en Ginebra o Lausana, las dos reinas del lago Leman tienen mucho que ofrecer: un único paisaje natural, barrios con mucha historia y varios museos de muy buena reputación. Para desplazaros por Lausana, es aconsejable conseguir la Lausanne-Card en la oficina de turismo local. Se trata de un bono que permite viajar gratis en los transportes públicos (metro y autobús) así como descuentos en museos, comercios y restaurantes.
Suiza, limpia y ecológica, es realmente el país ideal para los amantes de la tranquilidad y la naturaleza y también para practicar actividades deportivas (vela, golf, parapente, rafting, etc). Además del esquí en invierno, el ciclismo y la bicicleta de montaña en verano tienen cada vez más adeptos. La mayoría de las oficinas de turismo, tanto en llanuras como en la montaña, ofrecen mapas y planos e incluso itinerarios señalados. Puedes alquilar bicicletas en un estado impecable en casi todas las estaciones de ferrocarril y puedes montarlas en los trenes sin problemas. Sería una lástima privarse de esta manera cómoda y agradable de circular. Los adeptos del senderismo tienen más de 50.000 km de caminos y senderos perfectamente señalados, que conectan las ciudades por los campos y bosques, serpenteando entre las cimas, los viñedos y los lagos.